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Los "críticos" del PSOE alegan "falta de garantías para la representación de las minorías"

La automarginación de la corriente izquierda socialista del 29º Congreso del PSOE se debe al fracaso de las negociaciones para establecer una representación de las minorías, de forma que «no hay garantías de expresión y de reflejo de nuestras posiciones en el cómputo final de votos». Así lo afirman medios de la citada corriente, con la salvedad de que la postura no es común a la totalidad de la misma, ya que un núcleo de críticos valencianos ha aceptado participar a cambio de un pacto regional.

Las decisiones de los grupos relacionados con la corriente de izquierda constituyen un paso más en el distanciamiento de dos sectores, uno de los cuales -el mayoritario- considera que está llevando la política adecuada a las circunstancias actuales. y que es la única posible para afrontar con éxito las elecciones y avanzar poco a poco: mientras. la minoría crítica entiende que la ejecutiva hace demasiadas concesiones y provoca la desnaturalización del partido. En ese contexto, la falta de garantías alegada sería sólo la causa inmediata del problema planteado.El principio de acuerdo negociado entre Felipe González y Alfonso Guerra, de una parte, y Luis Gómez Llorente y Jerónimo Saavedra, por los críticos, consistía en que podrían acudir al congreso federal aquellas minorias que, lograran el 25% de los votos de sus respectivas federaciones. Ello no implicaba el reconocimiento de tendencias, pero sí suponía alterar el rígido sistema de representación mayoritaria que rige en el partido socialista. A cambio de dicho reconocimiento, los críticos estaban dispuestos a moderar sus posiciones y contribuir a la pacificación interna, evitando los escándalos que se han producido en otros congresos políticos.

Sin embargo, la operación sufrió un fracaso espectacular. Felipe González puso a votación la fórmula en el seno de la comisión ejecutiva, y ganó por apretada mayoría, dos días después acudió a presentarla ante el comité federal, máximo órgano del partido socialista entre congresos, y el aparato de la organización, y más concretamente los representantes de las federaciones andaluza, valenciana y madrileña, se pronunciaron en contra. El comité federal finalizó con un llamamiento genérico a la «Integración de posturas», pero dejó el criterio de cada ámbito regional, provincial o local el estudio de las posibilidades para concretarla.

Las elecciones correspondientes a delgados no se efectuaron, al parecer. en un ambiente de inteeración ni de buenas voluntades mutuas. Oficialistas y críticos chocaron en casi todas las provincias donde ambos tienen presencia, primero en las elecciones a compromisarios de agrupaciones locales a los congresos provinciales, y después en la elecciones de delegados de es tos últimos al congreso federal. Los críticos, en franca minoría en todas partes -salvo en Cáceres, federación que domina Pablo Castellano- fueron eliminados prácticamente desde el principio, en virtud del funciona miento del sistema mayoritario. Unicamente en el País Valencia no se produjo un pacto, en el que a cambio de concesiones de diverso orden, la dirección reservó el 20% de puestos de delegados a los críticos de su región.

Los restantes núcleos de la corriente izquierda socialista no acuden al 29' Congreso, en general, porque los intentos de integración han fracasado casi por completo, pero, sobre todo, porque las minorías, diluidas en de legaciones de ámbito regional provincial, carecen de posibilidades para votar sus propias posiciones, y no siempre puede defenderlas en el pleno de delegados. El sistema interno de PSOE atribuye la capacidad de voto. en exclusiva, al jefe de cada delegación territorial; y puesto que la corriente de izquierda no tiene la mayoría en ninguna federación -y por tanto no puede nombrar al portavoz- su presencia se reduce a un acto testimonial. salvo pacto político previo que en este caso ha fracasado.

"Oligarquización de los partidos"

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Para Luis Gómez Llorente. uno de los dirigentes más conocidos de la corriente de izquierda, «lo que está en juego es si se cumple o no el inciso último del artículo sexto de la Constitución, en que se dice que la estructura interna y el funcionamiento de los partidos deben ser demociráticos». A su juicio, la negativa a reconocer la representación proporcional en el seno del PSOE implica una nave contradicción con la propuesta que el partido dirige a la sociedad, y que consiste en la defensa del sistema proporcional para todo tipo de elecciones (parlamentarias, autonómicas locales).Está perfectamente claro que para nosotros no se trata de un problema de cargos. Ellos», dice, «han hecho lo posible para que acudiéramos al congreso de modo que no ha sido en absoluto un problema de puestos. Se trata de que tenemos serias discrepancias respecto a posiciones de fondo. y una gran preocupación por el futuro de un sistema democrático, en que la oligarquización de los partidos corre el peligro de producirse de forma acelerada».

Por su parte, Pablo Castellino, otro dirigente del citado sector, opina que en el 29º Congreso del PSOE «la izquierda del partido no estará representada, mientras la derecha monopolizará prácticamente ese congreso, debido a los filtros que se han puesto d la elección de delegados, en Iugar de reconocer las tendenciasy de hacer que cada uno vaya al congreso con la representación que tenga, ni más ni menos».

No obstante, ambos dirigentes aseguran que respetarán los acuerdos del 29º Congreso. «Nosotros no rompemos la baraja, pero decimos que no jugamos con ella».

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