Los españoles ven la televisión tres horas diarias de promedio
Sólo uno de cada cinco españoles dedica todos los días un rato a la lectura de libros o Prensa, mientras que más de la mitad de la población del país no lee nunca o casi nunca, según datos obtenidos por un grupo de sociólogos y, profesionales de la educación y, recopilados en la Revista de Documentación Social. La televisión, en cambio, acapara más de tres horas de la jornada diaria de los adultos. De lo que se deduce que los españoles, en términos globales y mayoritarios, siguen prefiriendo un ocio pasivo, cómodo y evasivo antes que un ocio que les suponga un esfuerzo físico o mental.
La sociedad civilizada de nuestros días dotada de los más sofisticados Y eficaces mecanismos para la producción y el confort, ha proporcionado al hombre moderno una cantidad de tiempo libre superior a la que gozaban sus antepasados próximos. A ello ha contribuido igualmente la legislación laboral, que limita las horas de trabajo semanales, Y la oran oferta de mano de obra ocasionada por la combinación de dos factores: la escasa ampliación de los puestos de trabajo existentes Y el acceso masivo de las nuevas generaciones al mundo laboral.El español medio dedica ocho horas diarias al trabajo, a las que hay, que añadir una hora para trasIadarse de casa a la empresa y viceversa, cinco para realizar las tareas básicas de mantenimiento (comer, asearse) y seis para dormir. Así pues. dispone de cuatro horas de ocio.
Según una encuesta realizada por la revista Mensaje y Medios, y recogida por la Revista de Documentación Social de junio de 1980, la actividad preferida por los españoles en sus momentos de ocio es ver la televisión sea como actividad única sea como complemento a otra tarea. Los varones activos con más de treinta años de edad declaran dedicar diariamente a la televisión un promedio de tres horas y diecisiete minutos, mientras que las mujeres declaran tres horas y cinco minutos. La segunda actividad en cantidad de tiempo es escuchar la radio, sobre todo como telón de fondo a otras labores. La lectura, sin embargo, es una afición poco enraizada: los varones dedican un promedio de diez minutos diarios a los libros y de once a la Prensa, mientras que las mujeres dedican cuatro minutos a los libros y dos a la Prensa.
La conclusión es forzosa: los españoles continúan buscando para sus ratos de ocio actividades cómodas, que no requieran esfuerzo físico o mental, que les ayuden a evadirse de la realidad.
La penuria cultural y la falta de interés por las actividades formativas se evidencia también en estos otros datos obtenidos por el Instituto de Opinión Pública sobre una muestra de 1.408 españoles: un 21% afirma que en su tiempo libre le gusta ir al teatro, un 38%, que le gusta leer libros; un 51 %, leer el periódico; un 35%, leer revistas; un 36%, tocar instrumentos musicales o pintar, un 1%, coleccionar cosas, y un 1% hacer fotografías.
Niños, jóvenes y viejos
El tiempo de ocio en la edad infantil, aunque limitado por los quehaceres escolares y extraescolares. es bastante más amplio que el de los adultos, porque no están sujetos a unas imposiciones productivas ni a la necesidad de un jornal. La generalidad de los niños españoles consume una gran parte de ese tiempo libre viendo la televisión, entretenimiento por el que demuestran. mayor interés conforme avanza su edad. En una encuesta realizada entre la población infantil de los distintos barrios de Madrid se llegó a los siguientes resultados: los niños pasan de doce a catorce horas semanales sentados frente al televisor mientras que a la lectura no te conceden más que cuatro o cinco horas.Otro sector bien provisto de tiempo libre es la juventud, esté trabajando o estudiando.puesto que todavía no le pesa la responsabilidad de mantener una familia. Los jóvenes estudiantes ocupan sus horas fuera de clase en actividades complementarlas: lectura, cine, teatro, charlas, etcétera. Los jóvenes trabajadores inician estudios relacionados con su oficio o al margen de éste, aprenden a tocar instrumentos musicales, practican deportes hacen trabajos manuales, etcétera. En fin, son más propensos al ocio activo.
Pero el grupo que cuenta con un mayor caudal de tiempo libre es el de los viejos y jubilados. Acabado su período laboral, se encuentran con veinticuatro horas al día para hacer lo que no han podido hacer durante los anos precedentes. Pero la tercera edad es. precisamente, el orupo con más dificultades para disfrutar y beneficiarse física mentalmente del ocio. El cansancio y los achaques propios de su edad, la escasez de medios económicos y la falta de instalaciones adecuadas a sus posibilidades y próximas a sus domicilios son factores que inciden en el mal aprovechamiento del tiempo libre por estas personas.
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