Walesa, elegido presidente de Solidaridad por escaso margen de votos
Los delegados del sindicato independiente polaco Solidaridad eligieron presidente a Lech Walesa en la primera vuelta, pero por un margen escaso -sólo el 55,2% de votos-, lo que índica la existencia de un amplio nivel de descontento con el hasta hace días líder indiscutido De los 844 votos emitidos, sólo 837 fueron válidos: 47 se abstuvieron. Walesa obtuvo 462 votos; el presidente de Solidaridad de Szczecin, Marian Jurczyk, consiguió 201 votos; el vicepresidente nacional, Andrzej Gwiazda, 74 votos, y el presidente de Solidaridad de Bydgoszcz Jan Ruiewski, obtúvo 52 votos.El resultado fue acogido con aplausos y vítores a Walesa, pero muchas filas de.delegados se abstuvíeron de aplaudir. Walesa sólo consiguió unos pocos votos por encima de la mayoría necesaria para evitar una segunda vuelta. Muchos delegados habían llamado a sus fábricas para advertir sobre la posibilidad de que Walesa no fuese elegido.
Walesa estuvo mal en la presentación de su candidatura en la noche del jueves al viernes, se mostró "como una estrella ofendida" y llegó a amenazar con retirarse del sindicato si no era elegido. Walesa advirtió también que no está dispuesto a aceptar un programa contrario a lo que piensa, ni tampoco está dispuesto a cambiar su estilo de dirección: "Si una decisión es buena, no tiene por qué aprobarse democráticamente". Sobre su futuro, si dejaba el sindicato, Walesa dijo que se dedicaría a esribir libros.
El triunfo de Walesa sígnifica que el sector más moderado dentro de Solidaridad ha conseguido imponerse, pero los delegados aceptan a Walesa a regañadientes, y su estilo autárquico está en tela de juicio.
Walesa apeló a la responsabilidad de todos y advirtió contra el peligro de infravalorar al Gobierno y sobrevalorar la fuerza del sin dicato independiente. Walesa re plicó a sus críticos, que le achacaron someterse excesivamente a la opinión de los expertos, y replicó que en los problemas técnicos siempre acudirá a pedir consejo, y no se puede separar a los obreros de los intelectuales.
Movimiento social
Sobre la definición de Solidaridad dijo Walesa que nació como sindicato, pero se había transformado en un movimiento social. Sobre este punto, el portavoz nacional de Solidaridad declaró ante periodistas que el carácter especial de Solidaridad se debe a la cir cunstancia de que en Polonia están unidos el poder político con el económico. El Estado es, al mismo tiempo, empresarío, y esto plantea una situación diferente a otros países, lo que repercute en el carácter de Solidaridad.Los 201 votos obtenidos por Jurczyk pueden considerarse una sorpresa, porque era el candidato menos conocido, pero su discurso dejó una impresión muy favorable entre los delegados, aunque estuvo menos brillante a la hora de responder a las preguntas de los congresistas. Jurczyk, al contrario de Walesa, prometió en su discurso someterse a las reglas democráticas en la dirección del sindicato. Sobre el problema del "liderazgo del partido comunista", que figura en los estatutos, Jurczyk dijo que no es nin'gún problema, porque el partido no tiene nada que decir.
El presidente de Solidaridad de la región de Bydgoszcz, Jan RuIewski, cosechó grandes aplausos entre los delegados con su discurso contra "el imperialismo soviético"*y su petición de que Polonia se retire del Pacto de Varsovia.
A pesar de los aplausos conseguido por su discurso antisoviético y su tono demagógico, Rulewski sólo obtuvo 52 votos, lo que revela una madurez de los delegados, capaces de distinguir entre las emociones antisoviéticas y la posibilidad de entregar la dirección del sindicato a un personaje incontrolado como Rulewski.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.