Defensor del pueblo
Es tanta la fama de hombre justo que tiene don Joaquín Ruiz-Giménez, no sólo en Madrid, donde reside, sino incluso entre las gentes de cualquier pueblo de cualquier provincia, que creemos sinceramente sería imperdonable el que no fuese nombrado el defensor del pueblo. Concederle este cargo sería el reconocimiento de la lucha que este hombre ejemplar viene desarrollando desde hace tantos años por lograr la verdadera paz entre todos los españoles de cualquier tendencia. Creemos que entre los 35 millones de españoles no habrá ni uno solo que se pueda comparar en méritos de hombre luchador por las causas justas, por los derechos humanos al bueno de don Joaquín. Hombres como este nacen muy pocos en cada siglo, y son los que precisamente hacen falta a España, sobre todo para un cargo de tanta responsabilidad como ha de ser el de defensor del pueblo. / y once firmar más. .
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