De Carlos culpa a los huelguistas
El Real Madrid perdió en Tatabanya y San Sebastián. Sus dos primeras salidas a escena fueron sendos fracasos. La directiva del Madrid ha echado a los socios a los leones, o sea, a la obligatoriedad del abono, para ocupar la lateral, de sol, y esa zona ahora no se llena. La directiva madridista, para el primer partido de la temporada disputado a finales de mes, cuando la economía española es mucho más endeble puso las localidades de tribuna a 2.000 pesetas, y la más barata de asiento, a 1.600. Luis de Carlos, al no ver el estadio rebosar, cargó la culpa sobre los jugadores de fútbol que hicieron dos semanas de huelga. Fue la suya una actitud absolutamento demagógica.
Los presidentes de los clubes de fútbol necesitan echarle la culpa al empedrado para justificar sus desatinos. El promedio de aumento de las cuotas sociales, así como el de las entradas por encuentro, ha sido, en algunas ciudades, desmesurado. El Madrid mantuvo los precios de la pasada temporada ante el Atlético de Madrid, pero, en aquella ocasión ambos equipos aspiraban a conquistar la Liga y el ambiente estaba sumamamente caldeado. Los madridistas, en la presente campaña, todavía no han tenido tiempo para animarse. Su equipo no les había proporcionado hasta el sábado más que dos disgustos.El fútbol lo están matando los dirigentes en la desenfrenada carrera de adquisiciones por encima de sus propias posibilidades. Los costosísimos traspasos y las primas desorbitadas obligan a poner en taquilla unos precios que atentan contra la economía familiar. El fútbol va perdiendo espectadores a medida que van dejando de acudir los matrimonios y a medida que los padres van dejando a sus hijos en casa. El pasado domingo se produjeron vacíos sensibles en 41gunos graderíos y ciertos dirigentes han aprovechado el tema para cargar sobre la pasada huelga los males del fútbol español. En definitiva. basta fijarse en los personajes, para comprender que, en el fondo, Io que más les molesta es el hecho de que cualquier trabajador pueda utilizar la huelga para conseguir sus reivindicaciones. Cargar a la huelga la ausencia de público en algunos estadios es un tiro por elevación. La mayoría de los presidentes de club se sabe perfectamente de que lado están. El problema de la disminucióndel, número de espectadores en los estadios no es exclusivo de España. Entre otras razones, porque aquí solamente se ha notado en una jornada. Que yo recuerde, en las dos campanas anteriores, desde la Federación se insistió en que la ausencia de encuentros televisados había producido mayores entradas. En algunos países, y ante la voz de alarma, se ha comenzado a trabajar para averiguar las posibles razones del éxodo. Los británicos, que tradicionalmente han celebrado los encuentros en sábado, se han planteado la conveniencia de trasladarlos al domingo, porque quizá ello les valdría para recuperar público. La decisión no está tomada y tendría gracia que la pusieran en práctica cuando el resto de Europa se va inclinando hacia el sábado por la tarde.
. En Suiza ha sido realizada una encuesta sobre el tema y los resultados de la misma deberían servir de punto de partida a nuestros dirigentes para comenzar, a pensar en estudios similares. El 75% de las personas que han manifestado su predilección por el fútbol, ha confesado que en la pasada temporada no asistió a níngún encuentro. Las razones que expusieron fueron éstas: la vida familiar, la, televisión, la segunda vivienda, los precios de las localidades y la calidad del juego.
El 53% de las personas interrogadas se abstuvo de acudir al fútbol por no perturbar la vida familiar, porque poseen una segunda vivienda en la que pasarlos fines de semana o porque se limitan a ver la televisión; el 20% considera las entradas demasiado caras y el 17% restante entiende que ha bajado la calidad del espectáculo. En el caso de la ciudad de Zurich es la televisión la determinante mayor de las ausencias de los estadios porque desde allí se pueden captar once cadenas que ofrecen regularmente partidos en ditecto.
La parte final de la encuesta está dedicada al día de la semana considerado más óptimo para la celebración de los encuentros. Contrariamente a lo que se pensaba, el viernes únicamente sumó el 15% de los votos. El sábado fue considerado fecha ideal. El 58% se inclinó por la jornada sabatina, y de éste, el 24% estimó que es mejor la tarde y el 34% se inclinó por la noche. El domingo obtuvo un 16% y el 11 % restante no se definió.
En España, probablemente una encuesta ofrecería resultados contradictorios en función de las notables diferencias que existen en cuanto a climas, costumbres y posibilidades económicas. Pero podría ocurrir que en las grandes ciudades resultará rentable disputar los encuentros a primera hora de la tarde del sábado. Con ello no se rompería tanto como en domingo la vida familiar y la salida del fin de semana.
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