Ataques a la URSS e Israel en la declaración ante la Asamblea General
Reproducimos los párrafos más significativos del discurso del ministro Pérez-Llorca ante la Asamblea de las Naciones Unidas.«Para establecer la posición española ante esta Asamblea debo partir de dos supuestos básicos de análisis y de acción. Uno es la inequívoca opción española en favor de la concepción política eurooccidental, con la certeza de que el sistema democrático pluralista que es la referencia ética del mismo posee una superior elasticidad social y una mayor capacidad de adaptación a las necesidades y exigencias de los pueblos.
Quiero reafirmar aquí, al igual que hice el pasado año, que la forma en que nuestra democracia decida organizarse para ejercer el derecho a defender el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales -en tanto que decisión propia y exclusivamente española- no admite interferencias sin atentar gravemente a las normas fundamentales del derecho internacional y a los principios mismos de la Carta de la Organización.
Esperamos confiados en que los miembros de las Naciones Unidas, con todos los cuales deseamos mantener relaciones pacíficas y cordiales, no incurran ni en injerencias -que serían intolerables-, ni en confusas e infundadas conjeturas. España no es ni quiere ser una amenaza para nadie, y, por el contrario, en cualquier foro en que esté mantendrá su línea constante de esfuerzos en pro de una paz verdadera.
Conferencia de Madrid. Mención especial e inmediata exige por mi parte la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa, que después de diez meses ha aplazado sus reuniones de Madrid hasta el próximo octubre. España tiene aquí un doble papel, el de anfitrión y el de partícipe. Como anfitrión estamos dispuestos a seguir albergando la Conferencia de Madrid con la misma satisfacción con que hasta ahora lo hemos hecho.
Es preciso renovar la decisión política de negociar y reanudar las sesiones con nuevo impulso, dispuestos a resolver los grandes capítulos de los derechos humanos, la información y, los aspectos militares de la seguridad. La declaración de Madrid debe desarrollar los principios del Acta Final de Helsinki.
Gibraltar. Ya tuve ocasión de señalar el año pasado que mediante la declaración de Lisboa, adoptada en abril de 1980, los Gobiernos español y británico han dado un importante paso preliminar para solucionar el litigio existente entre España y el Reino Unido en lo concerniente a la situación colonial de Gibraltar.
Ya indiqué entonces que nos enfrentábamos a una tarea que no es fácil, y los acontecimientos me dan la razón, si bien lo importante es el mantenimiento de la coincidencia de voluntades políticas dispuestas a iniciar un camino cuyo destino final sea la solución del contencioso».
América Central. Tenemos que lamentar desde aquí los trastornos que cruelmente afectan a la trama social de algunos de los países de América Central. Son sus pueblos los únicos que tienen en sus manos la solución, y toda interferencia no puede más que complicar el carácter interno de estos necesarios procesos de cambio. España se duele de la sangre y la tragedia de estos pueblos hermanos, y la siente como si de sí misma se tratara.
Acogemos asimismo con satisfacción anticipada la inminente entrada en esta organización del Estado de Belice.
Sahara y Guinea Ecuatorial. Nunca hemos dejado pasar esta ocasión en Naciones Unidas sin subrayar la preocupación y la atención que exige la cuestión del Sahara occidental. Nuestra posición se ha caracterizado por una inconmovible firmeza en los principios, preconizando una solución que se funde en un acuerdo aceptado por todas las partes y que tenga en cuenta los principios y recomendaciones formulados por las instancias internacionales, y en particular la expresión de la voluntad de la población.
El Gobierno español acogió favorablemente la iniciativa tomada por su majestad el rey Hassan II de Marruecos, con ocasión de la cumbre de la OUA en Nairobi.
Nuestra política de cooperación adquiere especial relieve en lo que se retiere a la República de Guinea Ecuatorial. Nuestra acción se guiará siempre por el principio de no intervención y por el deseo de que Guinea Ecuatorial recobre el lugar que le corresponde en el contexto regional de la comunidad africana. Seguimos dispuestos a profundizar nuestra colaboración con el pueblo ecuatoriano y su Gobierno, en la medida en que éste libremente lo desee.
Namibia y Suráfrica. La independencia de Namibia está en puertas. El pueblo namibiano tiene derecho a la autodeterminación y a la soberanía inmediata sobre la totalidad de su territorio.
Debe perseverarse en estos intentos, requiriendo al Gobiemo surafricano para que desista de entregarse a prácticas dilatorias contraproducentes y a incalificables actos intimidatorios. Las incursiones contra territorios de Estados fronterizos constituyen actos de fuerza, en violación de las normas básicas del derecho internacional.
Oriente Próximo. Es preciso poner fin a las acciones armadas que hacen peligrar continuamente una tregua inestable. El Gobierno español, al tener conocimiento del ataque llevado a cabo por las fuerzas aéreas de Israel a las instalaciones de investigación nuclear de Irak, emitió un comuricado condenando enérgicamente este inadmisible acto de fuerza. que violó gravemente las normas básicas del derecho internacional. España espera que Israel cumpla las obligaciones que ha asumido como miembro de esta organización bajo su artículo 25 y acate aquella resolución.
El Gobierno español sigue firmemente convencido que el conflicto de Oriente Medio no puede ni entenderse ni resolverse sin contar con el pueblo palestino.
A este respecto, como he tenído ocasión de hacer público, entendemos que el plan saudí para una paz justa y global, recientemente formulado por su alteza real el príncipe heredero, Fahd, constituye una contribución muy positiva, que creemos debe ser ponderada y meditada.
Afganistán. En cuanto a Afganistán, hace ya más de año y medio que dura la agresión soviética contra el pueblo afgano, agresión que está costando, además de muchas vidas, la destrucción del país y que impide a sus habitantes la libre elección de sus estructuras políticas.
Casi dos años después de la invasión no se vislumbra una vía de solución a esta intervención armada extranjera, que hemos denunciado en repetidas ocasiones. Somos por ello partidarios de que continúe sin debilitarse la presión internacional para la liberación de Afganistán.
Camboya es otro de los temas en que la solución no parece estar más cerca de lo que se encontraba el año pasado».
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