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La Prensa oficial sovietica ataca los "rockeros extranjerizantes"

Demasiado inclinados a seguir la moda occidental, ciertos conjuntos soviéticos de rock ejercen una influencia perniciosa sobre la juventud de la Unión Soviética y van en contra de las exigencias de la ideología comunista. Tal es, al menos, la conclusión del diario Uvestia, quien lanzó el miércoles una violenta diatriba contra los medios musicales de vanguardia.

Numerosos músicos tratan de imitar el estilo de sus ídolos del show business americano, subraya el órgano central del Gobierno soviético para quien "las convulsiones delante de un micro" nada tienen que ver con la verdadera cultura.Adoptar un estilo "procedente del extranjero" no es "inofensivo", añade el periódico, según el cual "la cultura burguesa" penetra insidiosamente por este medio en la juventud soviética. Las orquestas que tratan de imitar a los conjuntos del otro lado del Atlántico componen canciones "grises, triviales y sujetas a caución en el plano ideológico y estético", cuyos efectos preocupan a Izvestia: degeneración moral, "embrutecimiento" de los oyentes y "afirmación de una ideología que nos es extraña".

El órgano del Gobierno soviético insiste, pues, en la necesidad de instaurar un mayor control sobre el contenido ideológico de las canciones, que llegan a centenas de millares de jóvenes en la URSS. La juventud soviética debe poder escuchar mayor número de canciones que sirven a "los ideales del comunismo", subraya el diario.

Para mantener la "línea correcta", los compositores tendrán que buscar su inspiración en temas susceptibles de elevar el sentido cívico de sus jóvenes compatriotas y deberán tener como punto de referencia su cultura nacional antes que el estilo de los Pink Floyd o de los Rolling Stones.

Peligrosa en el plano ideológica, la música rock representa también una amenaza para la salud de los aficionados, según Izvestia: un grupo de rock en plena acción produce 127 decibelios, contra los 120 del despegue de un avión de hélice, señala el periódico, que recuerda que el ruido es nocivo para el organismo humano a partir de los noventa decibelios y es mortal más allá de los 180.

Incluso el conjunto Machina Vremeni (Máquina del Tiempo), que recibió recientemente un espaldarazo oficial al ser programado sin problemas por Radio Moscú, es objeto de las críticas de Izvestia. Un detalle que no pasará inadvertido a las numerosas orquestas no profesionales de rock de Moscú, Leningrado y Vilnius, que sueñan con ser reconocidas por las autoridades a fin de disponer de salas y poder hacer giras.

Una esperanza que parece bastante lejana hoy, tanto más cuanto que el ataque de Izvestia se produce solamente días después de una crítica del semanario Sovietskaya Kultura sobre el amateurismo de ciertos conjuntos de rock o de música disco de la Unión Soviética.

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