El Reino Unido y Francia mantienen sus diferencias sobre la CEE

A pesar de sus diferencias ideológicas y nacionales, las relaciones entre la primera ministra británica, Margaret Thatcher, y el presidente francés, François Mitterrand, parecían ayer totalmente cordiales al término de la visita oficial de la delegación gala a Londres. En sus dos encuentros, en este primer contacto bilateral formal ambos dirigentes han examinado principalmente los problemas de la Comunidad Económica Europea (CEE). Mitterrand ha mostrado su entusiasmo por el relanzamiento de la cooperación tanto europea como franco-británica. El primer paso destacado en esta nueva atmósfera es la decisión de examinar diversos proyectos para la construcción de un túnel bajo el canal de la Mancha.

Las conversaciones han sido "amistosas y constructivas ", según Thatcher, y "fecundas, útiles y precisas", según Mitterrand. No se han desprendido, sin embargo, grandes conclusiones, y ambos reconocieron sus divergencias en lo que a algunos problemas comunitarios se refiere, como el del presupuesto, la política agrícola y la pesca. Estos temas siguen sobre el tapete, y habrá que esperar al próximo discurso de Mitterrand sobre Europa y a la cumbre comunitaria de Londres para lograr una mayor clarificación Mitterrand ha vuelto a recalcar que el relanzamiento europeo es necesario para la juventud, insistiendo en un enfoque comunitario frente a medidas individuales para problemas como el comercio con Japón.A nivel bilateral, ambos países han acordado examinar los diferentes proyectos existentes para la construcción de un túnel bajo el canal de la Mancha, un plan que despierta gran interés en el Reino Unido, y que será el tema de una primera reunión de expertos antes de un mes. Es, pues, a nivel industrial, con el acuerdo sobre multifibras, el Airbus, las telecomunicaciones y la electrónica, donde las relaciones bilaterales pueden desarrollarse más. De ahí el relanzamiento de las relaciones entre París y Londres, que se ha visto facilitado, en palabras del propio Mitterrand, "por la claridad de lenguaje de madame Thatcher".

Antes de partir para un almuerzo de trabajo, y tras una reunión plenaria de las dos delegaciones, Mitterrand y Thatcher, sonrientes y relajados, celebraron una conferencia de Prensa, en la que admitieron tener diferencias. No quisieron, sin embargo, hablar de la política interna de sus respectivos países. Pero con una Margaret Thatcher arrolladora, que contestaba a todas las preguntas -incluso a algunas dirigidas al presidente francés-, el Gobierno conservador británico ha demostrado estar mucho más próximo a los socialistas franceses, en lo que a política exteríor se refiere, que a los laboristas.

Entre los temas internacionales más discutidos por ambas delegaciones figuraron las relaciones Este-Oeste y las cuestiones de defensa, puntos ambos sobre "los que tenemos prácticamente una identidad de puntos de vista", según Margaret Thatcher. Para Mitterrand, "las fuerzas occidentales deben mantener el equilibrio estratégico y táctico y, a la vez, profundizar en el diálogo entre los dos bloques". Ambos líderes se oponen al desarme nuclear unilateral, recordando Mitterrand la revisión de sus planteamientos que en esta materia han hecho los socialistas franceses. En cuanto a Polonia, Thatcher y Mitterrand están de acuerdo en no injerirse en sus asuntos internos, y recalcan su deseo de seguir ofreciendo a ese país ayuda financiera y alimenticia. Ambos Gobiernos, por otra parte, desean que los países industriales lleguen a un 0,15% de su producto nacional bruto en ayuda a los países en vías de desarrollo y esperan con interés la reunión Norte-Sur en Cancún.