Los curas en «La clave»
De decepcionante y ocasión perdida se puede calificar la emisión de La clave del viernes 25 de agosto dedicada a "Los curas" en la actualidad. Los núsmos interlocutores convocados por Balbín podían haber sido indudablemente mejor seleccionados para que dicha emisión de Televisión Española hubiera sido una gran oportunidad de que se hubieran dicho cosas más inteligentes, realistas y clarificadoras en semejante asunto.El tema es escurridizo y actualmente nada claro. Se trata de una realidad convulsa, ya que se está debilitando y desmoronando la situación del clero vigente durante estos últimos cuatro siglos, y la verdad es que todavía no están establecidas ni las ideas ni las formas existenciales del sacerdote que más conviene al mundo de hoy. Aun así, existen ya algunos datos del problema de "los curas" lo suficientemente claros para que hubieran sido traídos a La clave.
Cualquiera de los interlocutores deberían haber empezado por cuestionar o por admitir el hecho del cuestionamiento social del rol, tipo, figura y función del cura tradicional, así como de la institución núsma de "lo eclesiástico", de "lo pastoral" en la Iglesia de nuestro tiempo. Asimismo nos hubiera alegrado que algún interlocutor hubiera sido radical en su referencia a Jesús, al Evangelio, a la idea de servicio, a la fuerza salvífica de la verdad limpia y sin apoyaturas extrínsecas, etcétera. Desgraciadamente nada de esto; nada, tampoco, sobre las necesidades y expectativas de los hombres y de la historia actual respecto de los hombres de Dios, de los creyentes en general. Por el contrario, una y otra vez, por ejemplo, el padre dominico, con una evidente actitud de doctrinario sabelotodo y pontificador, nos ponía nerviosos con sus vulgaridades seudoserias y con sus ganas, a veces, de aparecer gracioso y modemo.
El señor rector del Seminario de Barcelona, digno y discreto en sus intervenciones, pudo atreverse más en la línea de lo que apenas llegó a mencionar sobre el nuevo tipo de sacerdote y la nueva teología sobre el "carácter sacerdotal", aunque inadmisible, sin embargo, su idea de la fidelidad y de la libertad respecto del par sacerdocio/ celibato. No nos dijo nada, sin embargo -cosa que hay que lamentar- de lo que se hace en el seminario hoy dIa, de los interrogantes
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Los curas en La clave
Viene de la página 10 que él mismo y tantos otros como él tendrán, sin duda, sobre lo que es hoy formar a futuros clérigos, y algo sobre lo fundamental y accesorio en esa formación.En cuanto al seglar señor Mañas, por más simpático y oportuno que resultase, no trajo a la tertulia el eco de los cristianos conscientes, comprometidos y activos en la vida de las comunidades cristianas hoy.
Lorenzo, el representante de los curas casados de España, levantó justamente su lanza por el celibato opcional, habló también con serenidad de las improcedentes discriminaciones disciplinares con los secularizados en la Iglesia, aportó algún que otro dato sobre la historia del celibato y sobre la vida de los secularizados en la actualidad; pero hubiera sido aún más elocuente su papel en La clave si se hubiera "despegado" un poco del celibato, lo hubiera calificado de cuestión secundaria, como lo es realmente, y hubiera llevado a los contertulios al terreno de los verdaderos planteamientos del problema. Aun sin quererlo, quizá apareció un tanto todavía clericalista, institucionalista.
El sacerdote anglicano nos dejó su testimonio de hombre clarividente y realista. Fue una pena que no interviniera más. En estas condiciones, la silla vacía del interlocutor que faltó a la cita se hizo notar sobremanera. /
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