Plácido Domingo,

al no llegar a tiempo para el ensayo general de la ópera de Giussepe Verdi Otello, que actualmente canta en Tokio, estuvo a punto de provocar una huelga de los técnicos japoneses del montaje de la obra por considerar éstos que se ofendía su pudor. Ante la ausencia del tenor español, su papel tuvo que ser cantado en los ensayos generales por el director de la orquesta, Carlos Kleiber, que lo hacía desde el podio. Pero en las escenas amorosas y trágicas con Desdémona la escenificación de Otelo corría a cargo de Sonja Frisell, directora de escena. Así, mientras Kleiber cantaba "Un beso... un beso aún", Ia Frisell se inclinaba sobre el rostro de Desdémona y los técnicos japoneses sacudían la cabeza escandalizados por la escena protagonizada por dos mujeres.