Aumentan las ejecuciones de delincuentes comunes en China

Al menos cien personas han si,do ejecutadas en China en lo que va de año, dentro de la campaña de represión de la criminalidad, que, según se ha reconocido oficialmente, crece sin cesar. El Diario de Pekín informó ayer de la ejecución del estudiante Feng Dashing, catalogado. como un genio en el estudio de lenguas extranjeras, quien fue acusado de dar muerte a un policía y de herir a otro cuando se le sorprendió robando en una libreria de Pekín.

Desde principios de junio, la Prensa china ha venido informando de los procesos públicos, siempre en presencia de miles de personas, contra delincuentes comunes. La propia televisión se unió a la campaña al difundir dos procesos en Takiyunan y en Pekín.

En ambas ciudades la televisíón transmitió los procesos. En Pekín, el pasado 18 de julio, la atmósfera era especialmente dramática. los acusados, con la cabeza rapada, comparecieron ante los jueces con las manos atadas detrás de la espalda, y el público, especialmente escogido por las autoridades, sonreía durante el proceso, predispuesto de antemano contra los acusados.

La campaña de lucha contra la delincuencia en los medios de comunicación va acompañada de una campaña social contra los delincuentes, solicitando ¡apresen cia de espectadores en los proce sos donde son condenados, aunque las ejecuciones no se transmi ten en directo.

Desde los primeros días de julio las autoridades acordaron una serie de medidas drásticas contra lo criminales, como la prisión y la asignación forzosa de residencia.

A pesar del anuncio de determi nadas medidas de clemencia para los criminales, ninguna estadístidica se ha hecho pública en el país sobre el número de amnístiados, y la Prensa sígue insistiendo en las diversas categorias de criminales: asesinos, violadores, pirómanos, terroristas y defraudadores.

Dentro de las medidas de "clemencia" anunciadas por las autoridades chinas y remitidas a los tribunales para su aplicación, las nuevas leyes prevén la amnistía para los delincuentes que no hayan incurrido en crímenes y mal versación de fondos.

De esta manera, los dirigentes chinos, al castigar con "la pena capital" a todos aquellos que atentan contra la persona, los bienes del Estado y las mujeres, vuelven la espalda al principio de Mao Zedong de "curar la enfermedad y salvar al enfermo". Así la indicación de las autoridades de "golpear rápido y fuerte" a los criminales se plasma en una campaña de denuncias que se lleva a cabo en las ciudades más importantes y provincias contra las personas sospechosas de participar en actividades criminales. Estas denuncias son gratificadas casi siempre con primas o recompensas.

A pesar de los llamamientos de las autoridades a la población para la reeducación de los criminales y su reconducción "hacia el recto camíno", el número de ejecuciones reseñadas por la Prensa no deja de aumentar. Aún siguen vigentes en todo el país las directrices de las autoridades de acabar con "todos los grandes criminales" dentro de la campaña oficial de "golpearlos fuerte y rápido".

La actual campaña contra los delincuentes comunes está dirigida por el órgano oficial del Partido.