3.000 personas se suman cada día al desempleo en el Reino Unido

Durante el presente mes de agosto, un promedio diario de 3.000 personas se quedaron sin trabajo en el Reino Unido, según las últimas estadísticas oficiales. En sólo un mes, el paro entre la población adulta creció en 9590 personas, casi el doble de lo que es normal durante este mes, elevando la cifra total de parados a 2.940.500 personas, es decir, un 12,2% de la población activa.

Se trata del decimoquinto aumento mensual consecutivo y supone que desde que la actual Administración conservadora accedió al poder en mayo de 1979 la cifra se ha doblado. La situación del empleo es especialmente crítica en Irlanda del Norte, donde un 18,9% de la población se encuentra sin trabajo, y hay tres núcleos urbanos en los que el índice es superior al 35%.Del total nacional de desempleados, unos 275.000 son jóvenes que finalizaron sus estudios y no pudieron encontrar ocupación, y otros 300.000 no figuran en la estadística, pero están siguiendo programas del Gobierno para capacitación y aprendizaje.

Los datos muestran que el porcentaje de parados está subiendo mucho más rápido de lo que en principio se había previsto, ya que la cota de tres millones no estaba previsto alcanzarla hasta avanzado 1982.

Debido a la actual recesión económica, varios miles de personas se encuentran en horario reducido, 300.000 sólo en el sector de manufacturados industriales, el que más está sufriendo la actual crisis.

Sólo Bélgica e Irlanda tienen cifras de paro superiores a las del Reino Unido en el mundo industrializado, cuyas economías pueden compararse a la británica, y la impresión existente en círculos económicos es que la actual tendencia va a mantenerse en los próximos meses, sobrepasando con creces la cota psicológica de los tres millones, que hace dos años estaba lejos de la consideración del Gobierno.

Un portavoz de la oposición laborista calificó las actuales cifras como «un escándalo en una sociedad civilizada». El portavoz de empleo de la oposición laborista, Eric Varley, dijo: «Las cifras expuestas hoy demuestran el alcance de la miseria y la desesperación que está siendo inflingida en nuestra nación, miseria y desesperación creadas deliberadame,nte por el colapso de la política del Gobierno».

El secretario general de la Confederacl ón Sindical (TUC), Len Murray, comentó: «Otras 100.000 personas, en su mayor parte jóvenes, han recibido el mensaje de que el Reino Unido no tiene nada que ofrecerles, ni empleo ni esperanza de empleo».

Petróleo para desempleo

El secretario general y otros líderes de sindicatos renovaron sus peticiones para que el Gobierno se embarque en un amplio programa de realización de obras públicas para la creación de puestos de trabajo y reactivación de las industrias.El Gobierno, rechazando las acusaciones de la oposición de que «es incapaz de detener el inexorable aumento del paro», insiste en que su política de contención de la inversión pública y reducción de la circulación monetaria para reducir la inflacion es la «única esperanza posible para la reacneración de la economía del país y la creación de puestos seguros de trabajo».

Hasta ahora, el Gobierno ha tenido éxito en la reducción de la inflación, pero a costa de la disminución de la actividad industrial y el aumento de la cifra de parados.

El índice anual de inflación se sitúa ahora en el 10,3%, después de haber llegado al 21,9% en mayo de 1980. Pero expertos económicos calculan que en las presentes circunstancias cada réducción de un punto en el índice anual de inflación supone la disminución de entre medio y un n punto en la producción industrial y el aumento de entre 100.000 y 200.000 parados.

El Reino Unido está utilizando la mayor parte de los beneficios procedentes de la exploración petrolera del mar del Norte (unos 4.100 millones de libras anuales -unos 8.000 millones de dólares-) en subsidios de desempleo.

El debate económico que enfrenta a criterios distintos en el país se centra actualmente en la conveniencia o no de utilizar este dinero para «crear nueva riqueza», como dicen los laboristas o los sindicatos. Para el Gobierno y sus seguidores, invertir este dinero en la economía dispararía la espiral de la inflación y el endeudamiento exterior, ya que eslimularía las importaciones de productos de consumo.

Pero, ante el constante aumento del paro y la disminución de la actividad industrial, muchos creen que si la economía llega a sanearse, muchas industrias, por tanto, puestos de trabajo se habrán perdido para siempre.