Los jovenes del Athlétic derrotaron al Barcelona
Un joven equipo de la cantera del Athlétic doblegó al Barcelona de los grandes fichajes en la Final del trofeo Colombino. Aunque al final fueran los pilares fundamentales del equipo vasco los que materializaron la victoria, los jóvenes jugadores no desentonaron, ni mucho menos, ante rivales de categoría demostrada. El partido alcanzó fases de gran brillantez con el juego largo ofensivo del Athlétic y los ataques escalonados y rapidísimos del Barcelona.Clemente es el entrenador más joven de Primera División y, por lo dernostrado, el más audaz. A Huelva se llevó una veintena de juadores para que actuaran todos y así lo hizo. Quiere imponer un estilo británico, con el que se encuentre perfectamente identificada toda la plantilla. Y en la final de Huelva, aunque fuera ante el Barcelona, siguió adelante con los planes previstos. Alineó un equipo en el que había ocho novedades con respecto al que había superado la semifinal ante el Atlético de Madrid, aunque tocarajugar esta vez a los considerados suplentes.
El Athiétic cedió mucho terreno al Barcelona desde el principio. Dejó que los laterales contrarios avanzaran casi sin oposición por las bandas para aprovechar, en los contraataques, los espacios vacíos que dejaban Olmo y Manolo. De esta manera, las primeras oportunidades de gol fueron vascas, con lanzamientos larguísimos hacia los puntas, no siempre precisos, pero sí espectaculares, que proporcionaron brillantez y rapidez al juego, a lo que contribuyó también el Barcelona, porque esta vez Schuster -no como ante el Huelva- sí puso algo de empeño y rivalizó con los centrocampistas contrarios.
Fue en esta fase de acciones vertiginosas cuando llegaron los goles, si bien el del Barcelona a través de una acción plena de fortuna, pues Quini, al quitarse de la trayectoria que llevaba el disparo de Esteban, lo que hizo fue desviar el balón con el muslo, quedando Zubizarreta a contrapié. No obstante, vino a ponerjusticia en el marcador, porque, aunque el Athlétic intentara un juego vistoso, el Barcelona actuaba también en esa misma línea, pero además con mayor precisión. Fue la contundente zaga vasca la que evitaba siempre el control de la pelota de los jugadores azulgranas a la hora de buscar el remate.
La mayor conjunción del Barcelona fue decantando el dominio territorial claramente a su favor. Y cuando más fácil llegaba a puerta, Clemente intentó evitar una derrota que se veía llegar, fortaleciendo su ataque en unos tiempos en los que para sostener un resultado lo que se lleva es situar más hombres en posiciones defensivas. Estas las dejó como estaban, el esquema continuó idéntico; la única diferencia era que Rojo disponía de mayor precisión que Merayo, y Dani y Argote, más astucia que los jóvenes a los que sustituyeron. Pero no mejoró mucho más el juego del Athlétic, principalmente porque Rojo no estuvo en su línea habitual; sí, en cambio, los puntas realizaron acciones muy positivas, pero individualizadas, siendo Argote, a la postre, el artífice de la victoria, que bien podía haber llegado antes en un remate de Dan¡ por alto al observar la posición adelantada de Artola.
Al Barcelona le faltó para vencer tener otro rematador que no sea Quini. Este, muy marcado, apenas tuvo posibilidades de lucimiento, y aun así realizó d Isparos meritorios y con intención. De cualquier manera, la peligrosidad del Barcelona fue en regresión porque Víctor, a base únicamente de facultades físicas, acabó siendo el único motor del equipo y aburrió a sus compañeros, enviándoles balones difícilmente controlables. Pese a todo, tuvo el acierto de marcar un gol, por eso de estar en todas partes, cuando todavía el Athlétic no había hecho su seníndo tanto, invalidado por el árbitro al encontrarse Quini en fuera de juego.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.