Azcárate: "La política europea del Gobierno de Calvo Sotelo es contraproducente"
«Ante los cambios que se anuncian en Europa, la política que hace el Gobierno Calvo Sotelo, de gestiones parcializadas, un viaje aquí, otro viaje allá, es contraproducente», ha dicho en Santander Manuel Azcárate, miembro del Comité Central del PCE, en la conferencia «España ante las nuevas realidades de Europa», de la Universidad Internacional Menéndez y Pelayo.En opinión de Azcárate, nuestro país necesita, incluso para resolver los problemas más acuciantes que tiene en el plano exterior, una verdadera política internacional que responda a las posibilidades y a la vocación histórica que coloca a España en un lugar privilegiado para contribuir al diálogo entre Europa y el Tercer Mundo. «En la medida en que renunciemos a ese papel y nos encerremos, con el proyecto de entrada en la OTAN, en un marco de dependencia respecto a Estados Unidos, nos alejamos», dijo, «de lo que es la actual tendencia en Europa y nos colocamos en condiciones de inferioridad para resolver nuestros problemas».
Cambios profundos
España tiene que hacer frente en su política exterior a una serie de cambios profundos que se están iniciando en Europa y que, para Manuel Azcárate, afectan en primer lugar a la relación con Estados Unidos. La oposición surgida en la OTAN sobre el tema de los euromisiles indica una crisis profunda, y, en definitiva, la constatación de que Europa necesita una nueva concepción de la seguridad, buscando un sistema propio que oponer al que ahora ha entrado en contradicción con Norteamérica.La segunda novedad advertida por Azcárate se refiere a las políticas económicas europeas ante la agresión del dólar y el fracaso del monetarismo. En ese orden, se convierte en un tema central la necesidad de crear un «espacio social europeo», de elevar el papel del Parlamento Europeo y de la Conferencia Europea de Sindicatos, y en definitiva, la necesidad de democratizar la Comunidad Económica Europea (CEE).
Advirtiendo la evolución hacia la izquierda en Europa, después de un período de predominio de la derecha, Manuel Azcárate se pregunta por el camino que va a seguir esa izquierda, opinando que no será ni el del retorno al keynesismo o a los métodos clásicos de la socialdemocracia, sino un camino atípico ya iniciado por los socialistas franceses y por los eurocomunistas. Sería erróneo, sin embargo, concebir esa evolución sólo en términos de relación comunistas-socialistas. El papel de los nuevos movimientos sociales, el feminismo, la juventud, la ecología, los movimientos culturales, etcétera, introducen, en su opinión, factores nuevos de primera importancia en todo camino hacia la izquierda. «La problemática de 1968 está aún vigente, aunque con nuevas formas», concluyó.
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