La OPEP puede decidir este mes una rebaja generalizada de los precios del petróleo

La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) podría celebrar este mes una conferencia extraordinaria con el fin de concertar una política común que impida un mayor deterioro de los actuales precios del crudo, y para tratar de coordinar una postura común con Arabia Saudí, el único país miembro del consorcio que, por su particular política de precios bajos, todavía no se ha visto afectado por las condiciones adversas que atraviesa el mercado mundial del petróleo desde hace meses.

Informaciones procedentes de fuentes árabes, canalizadas por la revista especializada Middle Easi Economic Survey, aseguraban este fin de semana que la reunión, que tendría carácter extraordinario, trataría de llegar a una consenso para reducir las amplias diferencias de precios que existen hoy en el mercado entre los distintos tipos de crudo.Esta conferencia, principalmente, buscaría un acercamiento entre las posiciones de Arabia Saudí y los países radicales del norte de Africa, los únicos que hasta la fecha han preferido reducir en amplios porcentajes sus niveles de producción, antes que rebajar sus precios. Según las mismas fuentes, el enfrentamiento entre estos dos grupos de la OPEP habría alcanzado un punto tal que, de no remediarse, podría condicionar el mercado de petróleo durante los próximos dos o tres años. En estos momentos, el excedente de petróleo en el mercado se calcula que supera los tres millones diarios de barriles.

Arabia Saudí produce actualmente 10,3 millones diarios de crudo, producción que representa el 40% aproximadamente del total de la OPEP. El hecho de que el Gobierno de Riad se muestre inflexible y mantenga todavía el precio de 32 dólares por barril ha condicionado la política de precios del resto de los productores de la OPEP, y les ha forzado a reducir sus volúmenes de producción o, por otro lado, a ofrecer rebajas bajo cuerda en sus precios oficiales.

El único grupo de países que, al menos oficialmente, se ha mantenido inflexible a su vez en el tema de precios es el de los norteafricanos (Libia, Argelia, Nigeria y Gabón), los cuales celebraron una reunión en Trípoli, capital libia, a finales del mes pasado, para dejar bien claro que sus precios no experimentarán ninguna reducción.

La agencia libia informó el pasado 27 de julio que este grupo de países había decidido mantener sus precios aun a costa de que sus niveles de ventas, en el mercado internacional, experimentasen fuertes reducciones. Según fuentes del mercado, la producción de estos países, especialmente Libia y Argelia, había experimentado recortes de hasta un 50% en el curso de las últimas semanas.

Esta postura, mientras que parece soportable para estos países, cuyo crudo es de máxima calidad, ha probado ser angustiosa para otro grupo de naciones intermedias que no han tenido más remedio que bajar su precio para continuar su presencia en el mercado a unos niveles aceptables de ingresos.

Entre estos países hay que citar no sólo el caso de los englobados en la OPEP (Irak e Irán venden su crudo en el mercado spot, o de entrega inmediata, tres y cuatro dólares por debajo de su precio oficial, dadas sus obvias necesidades de ingresos), sino en aquellos corno México o los productores del mar del Norte, que han anunciado reducciones oficiales en sus tarifas de hasta cuatro dólares.

Evidentemente los máximos beneficiados de esta situación han sido los países consumidores y las compañías internacionales de petróleo, que, aprovechando el excedente de oferta y los bajos precios, han forzado a los productores a aceptar disminuciones en sus entregas y, en algunos casos, hasta han llegado a solicitar reducciones formales en los precios.

La convocatoria de la reunión extraordinaria de la OPEP, patrocinada en principio por países como Irak (su ministro de Petróleo, Abdul Karin, lo solicitó formalmente la semana pasada), tratarían de ofrecer alternativas al actual caos del mercado con propuestas de una rebaja formal del precio del crudo norteafricano y una subida simultánea en el precio saudí.

Este tipo de soluciones ya fue estudiado en la última conferencia de la OPEP, celebrada el pasado mes de junio en Ginebra, pero la posición inflexible del ministro saudí de Petróleo, el jeque Yamani, y la de los norteafricanos, impidió cualquier tipo de acuerdo. La nueva propuesta iraquí se basaría en los mismos principios, pero contaría ahora con la ventaja de un estado del mercado realmente preocupante para los productores.

Según fuentes saudíes, citadas por la revista mencionada, el Gobierno de Riad estaría dispuesto a aceptar un compromiso en esta línea, pero siempre y cuando exista un acuerdo formal para sacar adelante la vieja idea de Yamani de indiciar los precios del crudo a una fórmula que tenga en cuenta los niveles de inflación, crecimiento y relación cambiaría de las monedas de los principales países desarrollados.

En este sentido, el éxito de la nueva reunión de la OPEP, si ésta llega a ser convocada, estaría de nuevo en función de un acuerdo sobre la ya muy discutida estrategia a largo plazo del consorcio, extremo éste que a algunos expertos se les antoja casi imposible. No obstante, no cabe duda que para los principales oponentes de esta fórmula sería ahora un mal menor aceptar la vieja idea de Yamani desde el momento que la otra alternativa es una reducción unilateral y pública de sus propios precios.