El informe de Carrillo, aprobado con un 30% de abstenciones y votos negativos
La votación del informe final, presentado por Santiago Carrillo a los delegados del X Congreso del Partido Comunista de España (PCE), confirmó un hecho insólito para un secretario general acostumbrado a ganar por aplastante mayoría, ya que, si bien ganó, Carrillo cuenta con una oposición firme del 304, integrada por 266 abstenciones, una mayoría de eurocomunistas renovadores, y unos pocos leninistas (en Madrid), y 64 votos en contra de prosoviéticos (en Cataluña).
Los restantes votos fueron 689 favorables a Carrillo, y entusiasmados -a juzgar por los aplausos- con las críticas que Santiago Carrillo realizó en su discurso contra sus oponentes.Santiago Carrillo no rebajó ni uno solo de sus postulados iniciales. Los federalistas escucharon, impertérritos, cómo el secretario general rechazaba de nuevo sus pretensiones y reafirmaba, una vez más, que «somos partidarios de que los partidos de las nacionalidades o regiones tengan la más completa autonomía en la elaboración y la aplicación de su política», dijo Carrillo. «Pero», agregó, «queremos un PCE único y estatal y no una federación de partidos, porque esto nos colocaría en una situación de inferioridad».
A los renovadores les lanzó un mensaje directo: «Yo no soy un presidente paternalista que se dedica a pasar la mano por la espalda de todos y a tranquilizar a todos yo no soy así, tengo mis ideas y las defiendo. Pero luego no soy rencoroso ni envío a nadie al gueto, aunque se haya enfrentado conmigo. Pero yo puedo pactar en nombre del PCE con UCD, CD o el PSOE. Ahora bien, lo que no haré nunca -y aquí Carrillo levantó notablemente la voz- es pactar dentro de mi mismo partido. El único pacto posible es que las minorías acepten los acuerdos de la mayoría del congreso, y podamos colaborar después todos juntos para consolidar la democracia y reafirmar la presencia del Partido Comunista de España». Los aplausos con que fueron recibidas estas últimas palabras de Carrillo no fueron, obviamente, compartidos por los renovadores.
Asimismo, se mostró especialmente firme en reiterar su rechazo a las corrientes de opinión: «Debemos decir con claridad», señaló, «que si no atajamos los pasos que se han dado hacia la creación de grupos y tendencias organizadas, este partido puede autodestruirse en un breve período de tiempo». «No trato de impresionar a nadie», añadió, «pero estamos asistiendo a un proceso de descomposición de los partidos precisamente cuando la ultraderecha se está recomponiendo, y con ello estamos contribuyendo a confirmar las posibilidades de un nuevo golpe de Estado. Vamos a salir de este congreso con un partido renovado, pero que no va a conocer fracciones ni tendencias de ningún tipo», finalizó.
Inmediatamente después de que Santiago Carrillo terminara su discurso, los renovadores intentaron jugar su última carta. e hicieron llegar a la mesa un papel, sin firma, encabezado con la palabra Madrid, en el que se solicitaba que el informe del secretario general fuera votado por partes. De haber logrado hacer prosperar esta propuesta, los renovadores hubieran captado posiblemente más votos a su favor, ya que no pocos delegados estaban de acuerdo con la totalidad del informe, pero no aceptaban la parte del mismo referida a la democracia interna, entre ellos, el secretario general de Comisiones Obreras, Marcelino Camacho.
Lo irregular el procedimiento y la tendencia de la mesa a no favorecer las posiciones de los renovadores hicieron que esta propuesta no fuera aceptada y que, sin más preámbulos, se pasara a la votación, con un resultado exacto de 689 votos favorables, 266 abstenciones y 64 votos negativos, correspondientes estos últimos a los delegados prosoviéticos de Cataluña. Tras la votación, tampoco había acuerdo dentro del mismo grupo de los eurocomunistas renovadores. Mientras algunos estaban satisfechos con el, a su juicio, aceptable número de abstenciones, otros se mostraban mucho más pesimistas y convencidos de que tal vez su única salida podría ser la negativa a no aceptar ningún cargo o, simplemente, el abandono de las filas comunistas. En cualquier caso, los renovadores no darán a conocer sus decisiones hasta el próximo mes de septiembre.
"Injerencias del Vaticano"
Inmediatamente después, se pasó al debate de las tesis, que fueron aprobadas con correcciones de estilo, pero sin ninguna modificación de fondo. Tan sólo cabe destacar la aprobación de una enmienda a la tesis de Internacional en la que especifica una denuncia de las «injerencias políticas que últimamente está llevando a cabo el Vaticano y el apoyo que está prestando a los partidos confesionales».En las demás tesis, cabe destacar el rechazo de una enmienda que proponía la expropiación de grandes fincas en breve plazo, sustituida por un texto más moderado; así como la adición de un capítulo entero sobre política municipal a la tesis sexta (dedicada a la transformación democrática del Estado), ampliación del análisis de la crisis cultural, un texto que subraya la importancia de los profesionales en el proyecto político del partido y una enmienda sobre medios de comunicación y Prensa.
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