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Carlos y Diana desean tranquilidad tras la ceremonia para dedicarse a la vida familiar

Ladi Diana desea ser "una buena esposa" y el príncipe Carlos está convencido de que lo será. A la futura princesa de Gales le siguen poniendo un poco nerviosa los focos, las cámaras y los periodistas, pero "empiezo a acostumbrarme", confiesa en la entrevista televisada que ayer ofreció la BBC a los protagonistas de la boda real, que hoy se celebra con todo esplendor en la catedral de San Pablo, en Londres.

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Diana ha adelgazado visiblemente, y el príncipe Carlos tiene unas ligeras ojeras. Ambos aparecieron vestidos de gris: él, con traje y corbata, y ella ataviada con un modelo estampado con pequeñas pintas blancas y cuello alto. Durante más de un cuarto de hora, entre sonrisas y, alguna que otra carcajada, los reales contraventes se presentaron ante los telespectadores británicos como una pareja abrumada por las muestras de afecto (100.000 cartas de felicitación habían llegado ya al palacio de Buckingham el jueves pasado, fecha en que se grabó la entrevista), inundada de regalos de boda (hasta pasteles y tartas) y deseosa de encontrar un poco de tranquilidad para conseguir compaginar Ia vida familiar con las obligaciones públicas".Esto último es un verdadero problema para el heredero de la corona británica. "Estoy acostumbrado a llevar una vida un tanto absurda", reconoce el príncipe Carlos en la entrevista, "pues siempre trato de participar en demasiadas cosas y ando continuamente de un lado para otro". De ahora en adelante, el príncipe de Gales intentará controlarse un poco más, organizarse mejor, "de forma que pueda tener una vida familiar adecuada".

Dos casas que llenar

Dos hogares esperan a los nuevos esposos: uno, en Londres, el palacio de Kensington (se alojarán en el ala que vio nacer a la reina Victoria), y la mansión de Highgrove, entre moderna y rústica, situada a unos 150 kilómetros de Londres, en la ciudad de Tetbury (Gloucestershire). Abundan los muebles y objetos de decoración entre los regalos recibidos, pues tenemos dos casas que llenar", recuerda ladi Diana, quien se ha encargado personalmente de los arreglos y decoración. En el palacio de Kensington utilizarán diez habitaciones, incluidos cuatro salones, y, la casa de campo cuenta con quince dormitorios, además de salón, comedor y cuarto de estar. Espléndidos jardines rodean ambos edificios.Ayer, ladi Diana se retiró al anochecer, según ya había advertido en la entrevista concedida a la televisión británica. "Me meteré en la cama muy temprano", afirmó, a lo que el príncipe, simulando sorpresa, le dijo: "No me vas a ver, en ningún caso, la víspera de la boda". Así es la costumbre y así se hizo; pues, como comentó oportunamente ayer la futura princesa de Gales, "no vaya a ser que nos peleemos".

Traje de perlas y cristal

Ladi Diana Spencer lucirá hoy un traje de seda bordado con perlas y piezas de cristal, e irá tocada con una corona de oro, diamantes y rubíes, regalada por los Gobiernos de la Comunidad Económica Europea (CEE). El velo -de encaje, con motivos florales- es el que lució la reina Victoria cuando contrajo matrimonio con el príncipe Alberto.La descripción del traje de novia de ladi Diana acabó anoche siendo un secreto mal guardado, al publicar el diario Women's Wear Daily, portavoz oficioso norteamericano de la industria internacional de la moda, un detallado relato basado en un documento que la oficina de lord Chambelan tenía previsto entregar a la Prensa en la mañana de hoy. EL PAIS también se hizo con una copia del mismo, aunque según los modistos, Elizabeth y David Emanuel, existe más de un traje, en previsión de que el diseño se filtrara con demasiada antelación.

Un portavoz del palacio de Buckingham optó anoche por poner en duda que el documento sea genuino, afirmando, no obstante, que, en caso de que lo fuera, habrían robado".

El traje, según la descripción supuestamente oficial, es liso, de línea clásica, en satén color marfil, hilado en SuffoIk con seda inglesa de Dorset. Volantes de encaje fruncido bordeados con perlas rematan las mangas, cortas, y el cuello. Sobre la falda, un tul bordado con perlas y piezas de cristal entrelazadas, y en la cintura, una banda salpicada de piedras semipreciosas. La novia arrastrará una pequeña cola, también de satén, decorada con hilo de oro, y luce sobre su pelo rubio y corto una corona hecha con tres tiras de oro, sobre la que se yergue una guirnalda cimbreante de flores de flores de azahar, también de oro.

La joven Diana lucirá en el cuello un collar de platino, diamantes, rubíes, esmeraldas y oro, y calzará zapato de salón de piel galesa, bordada con diminutas perlas.

Tras pronunciar ambos, el sí ("I wil"), el príncipe Carlos pondrá en el dedo anular izquierdo de su esposa un anillo de oro, con la inscripción "Diana. Carlos. 29 de julio, 1981". El heredero británico no llevará alianza, según es tradicional en el Reino Unido.

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