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La solidaridad occidental prevalece sobre los antagonismos económicos en la "cumbre" de Ottawa

La solidaridad entre las democracias de los países más industrializados, cuya séptima cumbre concluyó anoche en Ottawa, prevaleció sobre las divergencias incluso sobre los antagonismos económicos que separan las posturas europeas de las mantenidas por Estados Unidos.Dos temas dominaron el debate de Ottawa entre los dirigentes de los siete países occidentales más ricos: el estrictamente económico, que se refiere al alto nivel de las tasas de interés norteamericano, y el comercio entre el Este y el Oeste. Sobre el primer punto, los países europeos que participaron en la cumbre sólo han obtenido promesas consoladoras, ya que la delegación norteamericana se limitó a indicar que Estados Unidos quizá bajase sus tasas de interés «algunos puntos» antes de Fin de año.Con respecto a las relaciones Este-Oeste, el comunicado final de la cumbre expone la complejidad de los intereses políticos y económicos que las presiden, y toma como conclusión «la necesidad de emprender consultas continuas y coordinadas para hacerlas compatibles con los objetivos políticos y de seguridad, sobre todo en sectores que afecten a partidas económicas estratégicas».

Según informa nuestro enviado especial en Ottawa, Ramón Vilaró, el comunicado final de la cumbre define como «prioridad absoluta» la lucha contra la inflación y la reducción del desempleo, recordando que desde la primera reunión de los siete, en 1975, persisten los problemas socioeconómicos, que deben ser tratados teniendo en cuenta «los efectos que las políticas de cada Estado pueden tener sobre las economías de los demás».

«La inversión y el crecimiento económico son condiciones previas para el pleno empleo», agrega el comunicado, «y, por tanto, elementos básicos de nuestras políticas. Hay que convencer a las fuerzas sociales de la necesidad de operar un cambio en las expectativas salariales, en las condiciones laborales, en el uso de la energía, mejorar la orientación de las inversiones y reducir el gasto público».

La declaración dedica un apartado al diálogo Norte-Sur e indica que «los países participantes en la cumbre apoyan la estabilidad, el crecimiento, la independencia y el no alineamiento de los países en vías de desarrollo». En materia de energía nuclear, el comunicado dice que «su desarrollo ha sido decepcionantemente lento en nuestros países» y agrega que «hay que favorecer su aceptación por parte de la opinión pública».

Según fuentes europeas, los participantes en la cumbre se pusieron de acuerdo para encontrar, contando fundamentalmente con el Banco Mundial, la posibilidad de establecer una cooperación entre los países industrializados y los exportadores de petróleo, con el fin de financiar el desarrollo de las fuentes de energía en el Tercer Mundo.

La próxima cumbre de los siete países más industrializados de Occidente tendrá lugar en Francia.

Páginas 3 y 48

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