La entrevista con el "número once"

La publicación por EL PAIS del reportaje de Xavier Vinader con el supuesto número once de los asaltantes del Banco Central de Barcelona (véase edición del 1 de julio) ha generado una protesta por parte de la revista Interviú y desencadenado una tormenta de acusaciones peregrinas. Si ningún ánimo de entrar en polémica, y para exclusiva información de los lectores de EL PAIS, conviene relatar cómo este reportaje llegó a nuestra redacción y fue publicado. El lunes día 29 de junio, el autor del mismo, Xavíer Vinader, llamó a la secretaria de dirección de EL PAIS comunicando que tenía en su poder el reportaje y que quería ofrecerlo a EL PAIS. Vinader insistió en que tenía permiso de Interviu para hacerlo. Se le dijo entonces que se acercara a Madrid con el reportaje en cuestión y que, en principio, podía interesar. Ya en esa conversación quedó claro que el reportaje sería publicado por Interviu el miércoles siguiente y que, por tanto, a EL PAIS sólo le interesaría si se podía publicar en la misma fecha. El martes 30 de junio, Vinader tomó un avión de Barcelona a Madrid. Esa misma mañana entregó al subdirector de EL PAIS una copia íntegra del reportaje, amén de cinco fotografías, que dijo provenían de los descartes que no habían sido utilizados por la revista. Aparte de esas fotografías, el propio Vinader realizó gestiones con la agencia Cover para que ésta enviara a la redacción de EL PAIS otras dos fotos interesantes para la comprensión del texto. Las únicas condiciones pactadas para la publicación del reportaje fueron que se citara al menos una vez a Interviu -como así se hizo en la entradilla de EL PAIS- y el pago de 200.000 pesetas -sin que se especificara si eran para el autor del reportaje o para la revista- El acuerdo fue verbal, como se acostumbra a hacer en estos casos, y sin ninguna preocupación por parte de la redacción de EL PAIS, toda vez que el interlocutor era el propio firmante y autor del reportaje. En ningún momento se establecieron otras condiciones ni se habló para nada de publicar en EL PAIS sólo extractos o resúmenes. EL PAIS corrió con los gastos de desplazamiento desde Barcelona y regreso del autor del reportaje. Curiosamente, éste coincidió en el avión de vuelta con el presidente de la empresa de Interviu en la misma noche del martes y, al parecer, le comentó el hecho de que EL PAIS iba a publicar la entrevista con el número once, sin que el citado presidente -según Vinader- expusiera objeción alguna. También en la noche del martes las agencias Efe y Europa Press transmitieron sendos y amplios resúmenes de la entrevista, resúmenes de cuya existencia nada conocía EL PAIS.En conclusión, que EL PAIS se limitó a comprar un reportaje a su autor -que por lo demás no ha recibido aún el pago- y a publicarlo cumpliendo escrupulosamente las condiciones exigidas. Es incomprensible por eso que la empresa de Interviu haya anunciado acciones jurídicas contra nuestro periódico, y mucho más que se dedique inútilmente en un editorial de su último número a difamar y a acusar a nuestro diario, que renuncia, no obstante, a querellarse contra Interviu por las injurias y calumnias vertidas en dicho texto. Al margen de lo ridículo que resulta ver a una publicación como Interviu impartiendo lecciones de ética, todos los extremos citados en esta explicación los conocía el director de la revista previamente a la publicación de su tronante editorial.