El Ministerio de Educación ordena el cierre del colegio Agora
El colegio Agora cerrará sus puertas definitivamente el 30 de septiembre, inmediatamente después de realizados los exámenes, según reza la orden enviada al claustro de profesores del centro por el subsecretario del Ministerio de Educación. El Ministerio de Cultura, organismo de quien depende Agora, había solicitado tal medida al anterior, en base a que el colegio era deficitario económicamente y a la política ministerial de Cultura de deshacerse de los centros de enseñanza que tiene bajo su cargo, por considerar que no es esa su función.El cierre del centro se anunció por primera vez a la Asociación de Padres de Alumnos a mediados de mayo y originó una fuerte reacción en contra por parte de padres y profesores. Las gestiones realizadas por los primeros con los dos ministerios implicados no tuvieron ningún resultado, aunque iban encaminadas no a evitar el cierre del colegio, sino simplemente a que funcionara un curso más, para así dar tiempo a los alumnos y sus familias a buscar plaza en algún otro de la zona, o donde les ocasionara menos inconvenientes. En Agora estudian unos trescientos alumnos y da trabajo a treinta profesores, abocados a buscar un nuevo empleo o acogerse al seguro de paro.
La Asociación de Padres de Alumnos intentó entrevistarse en repetidas ocasiones con los altos cargos del Ministerio de Cultura sin conseguirlo. Sólo el antiguo delegado provincial de Educación, Pedro Oñate, emitió un informe favorable a la continuidad del colegio por un año, aunque evidentemente su opinión no ha sido tenida en cuenta. En su afán por ganar tiempo, los padres llegaron a ofrecer al Ministerio hacerse cargo del déficit previsto para el próximo curso.
Contradicciones
Agora está ubicado en la calle de Maldonado, 48, en el mismo edificio que el colegio universitario Cardenal Cisneros, con el que en realidad forma un mismo complejo educativo. Los alumnos de BUP y COU que terminan sus estudios en el primero siguen sus estudios universitarios en el segundo. Los dos eran propiedad del Patronato de Obras Docentes de la Secretaría General del Movimiento y pasaron a depender de la Dirección General de la Juventud del Ministerio de Cultura a la extinción de dicha organización. Agora fue homologado como centro de bachillerato en el curso 1979-1980, lo que ha sido resaltado por los padres como muestra de la precipitación que supone cerrar un centro reconocido oficialmente el curso anterior.Padres de alumnos y profesores consultados por EL PAIS desmintieron como falso otro de los argumentos esgrimidos por las autoridades ministeriales, según el cual en los colegios cercanos habría plazas libres suficientes para acoger sin problemas a los alumnos de Agora. Al mismo tiempo, hacen hincapié en la contradicción que supone cerrar un centro y permitir el funcionamiento del otro, el Cardenal Cisneros, que se encuentra en la misma situación administrativa que el anterior y también es deficitario. Es más, los padres sostienen que el déficit de Agora estaba engrosado artificialmente por el correspondiente al Cisneros, ya que hasta hace apenas un año la contabilidad era común para los dos.
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