Huang Hua intenta romper el hielo entre China y la India
El viceprimer ministro y ministro de Asuntos Exteriores chino, Huang Hua, llegó ayer a Nueva Delhi. Es la primera visita oficial de un alto dirigente chino a la India desde hace veinte años. El apretado programa de entrevistas de Huang Hua con los máximos dirigentes de la India supone un serio intento de acercamiento por parte de los dos países, pero el fantasma de los problemas fronterizos planeará sobre la visita, haciendo de ella poco más que un intento para romper el hielo de las dos últimas décadas. En su primer discurso, pronunciado en el aeropuerto de Nueva Delhi, el ministro chino dijo que "los dos países tienen mucho en común y ambos hacen frente al reto de mantener la paz mundial y de construir su propio desarrollo".
Al anunciar hace días la visita del ministro chino, un alto funcionario del Ministerio indio de Asuntos Exteriores explicó que se analizarán todos aquellos asuntos de interés bilateral que preocupan, en estos momentos, a los dos países.Los temas de discusión son la disputa sobre varias zonas fronterizas, fundamentalmente tras la invasión china de 1962; el litigio sobre los territorios de Cachemira y Sikkim, el apoyo chino a los movimientos insurreccionales en la India y, por supuesto, la situación internacional en el subcontinente indostánico. En este sentido, ambos países parecen expresamente interesados en analizar el momento de la invasión soviética en Afganistán, las estrategias militares de Estados Unidos y de la Unión Soviética en la zona y el rearme de Pakistán.
Con respecto a estos temas, las posturas de ambos países se muestran prácticamente opuestas. Pekín parece obsesionado con la Unión Soviética, mientras la India se muestra próxima a Moscú, aunque por medio del Movimiento de Países no Alineados haya rechazado la invasión soviética en Afganistán, así como cualquier otro tipo de intervención militar en países terceros.
Pekín, desde luego, no desearía un océano Indico no alineado y libre de flotas extranjeras, y por ello busca, en este encuentro, el resultado de una India más prochina y menos prosoviética, basado en el argumento de una necesaria colaboración hegemónica de los dos grandes asiáticos.
Las relaciones entre la India y China habían marchado perfectamente hasta el año 1954. Lo de muestra, incluso, el hecho de que la India fue uno de los primeros países en reconocer, en 1949, al nuevo régimen comunista de China.
Pero las cosas cambiaron en octubre de 1954, con motivo de la visita de Nehru a Pekín. Nehru observó que un mapa mostraba 170.000 kilómetros cuadrados de territorio indio como pertenecientes a China. Cuando el dirigente indio preguntó cortésmente a su anfitrión sobre lo que él consideraba una irregularidad, se le respondió que el mapa era una copia de un antiguo gráfico del Kuomintang, y que el nuevo Gobierno no había tenido tiempo aún de revisarlo.
El resto de la historia es bien conocida: correspondencia posterior sobre el tema entre los dos primeros ministros, escaramuzas frecuentes en la zona, viaje del primer ministro chino a la India para discutir personalmente el tema y, en 1962, masivo ataque de las tropas chinas al territorio de Aksai Chin (al este del territorio de Cachemira). Huang Hua reiterará a las autoridades indias en esta visita la oferta realizada en Pekín, el pasado mes de agosto, por su viceprimer ministro, Deng Xiao Ping. Consiste en el reconocimiento chino de la línea McMahon (al norte de la India) a cambio de que Delhi reconozca la actual línea de control en Aksai Chin.
Condenados a entenderse
El Gobierno de Gandhi rechaza la premisa de que la India ocupa ilegalmente los 115.000 kilómetros cuadrados de lo que es ahora el Estado de Arunanchal Pradesh (fronterizo con Bhutan, Birmania y el Tibet) y no aceptará la oferta china. Además, India está obligada, por una resolución parlamentaria de 1962, a recobrar los territorios perdidos tras la invasión china y no está dispuesta a permitir que Pekín siga disfrutando de ellos.La impresión que se tiene en Nueva Delhi es que mientras no se derribe este gran muro no se podrá llegar a un proceso normalizado de relaciones diplomáticas, iniciado por la India cuando sugirió, con éxito, el intercambio de embajadores.
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