La marginación de los marginados

Le escribo para contarle mi opinión sobre el periódico que hoy logra pasar en este país por liberal y progresista, el mismo con que le desayuna todos los días nuestro «líder de la oposición», Felipe González, y que constituye la fuente informativa diaria de los hogares más progres del país, es decir, sobre su periódico, y como el suyo, otros muchos, si no todos, que al menos no pasan por liberales y honrados (no digo ya la Prensa del Movimiento o de partido en España, que es escandalosa, de perpetua denuncia chabacana y alienante, y con un nivel de autocrítica -y, en su medida, de honradez- ínfimo).Pues bien, tras esto, y convirtiéndose uno en lector asiduo de su publicación, observa con tristeza y rabia cómo día tras día, y mes tras mes, la fuente de la noticia, la crónica o el reportaje es siempre el político o el partido político, hoy más inmoral que nunca; el sindicato de fuerza, hoy más traidor y opresor que nunca (con perdón al pasado ciertamente satisfactorio de alguno); la institución oficial de poder, hoy tan corrompida como siempre, cuando no el pulso político de esta democracia burguesa que ustedes tanto quieren asentar como el tirano inmoviliza su poder (les debe ir bastante bien), o el colectivo de cualquier tipo favorecido por el poder de la relevancia social, es decir, con fuerza de algún tipo.

En definitiva, que los no relevantes de este país, los pobres y marginados (ya da gracia hablar de ello, suena arcaico y tercermundista) y cuantos en general de entre nosotros sufren las injusticias más agobiantes, que normalmente ustedes silencian (acaso desconocen) con su Prensa servil, esos ni dicen ni dirán nada.

¿Cuándo van a aprender los periodistas honrados de este y otros países, y de cualquier ideología, que lo importante para crear conciencia e informar objetivamente sobre la problemática de los minusválidos (por ejemplo) hay que buscarlo en ellos mismos y sus organizaciones, las creadas por ellos y para ellos principalmente, y no en el Ministerio de Sanidad ni en el voluntariado de la Cruz Roja.

Supongo que el que paga exige, y hay muchas dependencias que salvaguardar, pero ¿es que cuando he añadido el calificativo de honrados me he quedado sin periodismo en este país?

Nuestra Prensa, hoy, sigue sirviendo al poderoso, y si no, echen un vistazo a ver de quién habla hoy su periódico y en boca de quién. / .