_
_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Subidas históricas en las bolsas españolas

La pasada semana en las bolsas españolas ha constituido un hito histórico de esos que se transmitirán de generación en generación por los inversores, como un claro ejemplo de las posibilidades especulativas que presenta un mercado de valores. En definitiva, un conjunto de sesiones de las que hacen afición.El índice general del mercado madrileño subió en cuatro sesiones más de catorce puntos, y la tendencia al cierre del viernes apuntaba por una continuación de la tendencia alcista, que previsiblemente se verá moderada, en relación a las reuniones anteriores, por la aparición de partidas vendedoras.

La dificultad surge a la hora de indicar los motivos de unas subidas tan espectaculares. El argumento combinado de que, por una parte, el mercado presentaba unas condiciones objetivas que hacían previsibles las subidas, y por otra, que la firma del Acuerdo Nacional sobre Empleo a tres bandas, entre el Gobierno, la CEOE y las dos centrales sindicales más representativas, no parece resistir las severas críticas de algunos especialistas bursátiles.

Existían condiciones de mejora

En estos medios se apunta que, efectivamente, existían condiciones de mejora en la situación de algunas empresas que justificarían una subida en las cotizaciones de algunas sociedades industriales; pero esas condiciones estaban ahí desde hacía meses, y las subidas las venían experimentando desde cierto tiempo atrás.

En cuanto a la firma del Acuerdo Nacional sobre Empleo, las mismas fuentes estiman que los empresarios apenas han conseguido mejoras de consideración en el equilibrio de fuerzas planteado. La CEOE, se apunta, podía haber conseguido los mismos efectos mediante un nuevo AMI, firmado con UGT, sin necesidad de que el partido en el Gobierno hubiese tenido que ceder contraprestaciones políticas, como es el compromiso de creación de 350.000 puestos de trabajo, que nadie se cree, ni económicos, como son los 2.400 millones que la Administración se ha comprometido a entregar a las centrales sindicales.

Es más, los empresarios no han conseguido, al menos aparentemente, dos de sus reivindicaciones más conocidas: el que se reduzcan sus aportaciones a la Seguridad Social y que se recorten las cargas fiscales de las empresas. Otro problema se viene a añadir a los. anteriores, y es que, como consecuencia de la limitación de los incrementos salariales, se acelere el proceso de deterioro de las centrales sindicales que lo han firmado y que en el próximo año se incremente la conflictividad laboral.

Para diversos medios financieros nacionales, el detonante de las subidas ha sido un planteamiento de carácter eminentemente técnico-bursátil, donde el calentamiento artificial del mercado y la inexistencia de partidas vendedoras suficientes para atender a los demandantes, en los primeros días de euforia compradora, han sido los factores clave.

No se puede olvidar que en unas bolsas tan estrechas como son las españolas los grandes grupos controlan unos porcentajes muy importantes de las acciones en circulación, aunque se trate de las más insospechadas sociedades. Y precisamente estos grupos se abstuvieron de vender en los primeros días.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_