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La Administración sigue sin dar importancia a la crisis económica

«Lamentablemente, las preocupaciones de los rectores de la política económica siguen centradas en objetivos muy poco ambiciosos, sin enfrentar de cara las grandes líneas de actuación que permitirían dar un vuelco positivo a la negativa evolución de nuestra economía», dijo el presidente del Fomento del Trabajo Nacional, Alfredo Molinas, ante el Consejo General de la patronal.

«Parece», añadió Molinas, «como si los problemas, ciertamente graves, pesaran de tal forma sobre la Administración que ésta no tiene casi capacidad de reacción. La situación caótica del sector público, con déficit vertiginosamente crecientes, parece ser el motivo absorbente de las posibilidades de acción política y, al mismo tiempo, manifestación de impotencia para poner orden en un proceso que está contribuyendo poderosamente al hundimiento de la economía».En la misma sesión, en la que el Consejo General del Fomento analiza los recientes acuerdos en materia de desempleo, el presidente de la patronal afirmó que «ni el Gobierno ni los sindicatos han hecho ninguna propuesta coherente y completa que comprenda los aspectos esenciales de la política contra la crisis».

Señaló como objetivo central la mejora de la competitividad de nuestro sistema productivo como única salida y defensa ante la inflación de costes, y admitió la existencia de ciertos indicios de que puede producirse un respiro coyuntural en la evolución económica general, aunque puntualizó que no puede considerarse como un cambio de tendencia. «La actitud y la decisión positiva sería», dijo, «el aprovechar este pequeño respiro, si se produce, para estimular los factores positivos de la economía y tratar de consolidar unos avances en actividad que nos son muy necesarios».

Comentó también Molinas el deterioro empresarial de los últimos tiempos y aportó una serie de datos comparativos: el incremento acumulado de la retribución real por hora trabajada desde 1973 hasta junio de 1980, en España, fue del 63,9%, dos veces el de Italia, tres el de Francia, cuatro el de Alemania y doce veces el del Reino Unido. Los ingresos de la Seguridad Social entre 1976 y 1980 aumentaron un 143%, mientras que los precios al consumo un 111 %.

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