Presentadas las directrices para la revisión del Plan General del Area Metropolitana
El pleno de la Comisión de Planeamiento y Coordinación del Area Metropolitana de Madrid (Coplaco) recibió el martes el documento de las directrices elaboradas por sus equipos técnicos referentes a la revisión del Plan General del Area Metropolitana de Madrid. Las directrices se basan en la idea de que Madrid, hoy por hoy, presenta una situación urbanística muy compleja, plagada de problemas ocasionados en las décadas anteriores, y es recomendable que el nuevo plan general se dedique fundamentalmente a corregir los desequilibrios actuales y, al mismo tiempo, asegure al protección de las zonas naturales de cierto valor que aún subsisten.
Las directrices tendrán que ser estudiadas en las dos próximas semanas por los representantes de los ayuntamientos, que son la mitad menos uno de los componentes del pleno de Coplaco, y que el pasado 2 de febrero presentaron sus propias directrices. De la discusión entre ambas propuestas saldrán los documentos definitivos que constituyen el marco urbanístico legal que regirá en el Arca Metropolitana durante los siguientes diez años.En una conferencia de Prensa celebrada ayer en Coplaco por el delegado del Gobierno en dicho organismo, Carlos Conde Duque, se sintetizaron los objetivos de las directrices. En primer lugar, hay que señalar que las previsiones mencionan un desaceleramiento en el crecimiento de la población madrileña del Arca Metropolitana, que se sitúa en torno a los seis millones de habitantes en 1990.
Se reconoce que el Arca Metropolitana es una zona de gran asentamiento industrial, pero que en años anteriores las ofertas de empleo se dirigieron en gran parte al sector de la construcción. Dado que la edificación de viviendas disminuirá en los próximos años, será necesario orientar la creación de nuevos trabajos al sector industrial y terciario.
Déficit de infraestructura
Asimismo, la planificación urbanística tenderá a corregir los desequilibrios generados en las dos décadas anteriores sobre todo. Cada ayuntamiento, a la hora de redactar sus planes generales municipales, tendrá que tener en cuenta los límites fijados en las directrices. La Administración central, por su parte, se compromete a paliar los importantes déficit de infraestructura que se padecen hoy. En este sentido, las directrices citan la necesidad de potenciar fuertemente el transporte ferroviario entre los pueblos de la zona sur y del corredor de Guadalajara, dejando los autobuses y el Metro madrileño para canalizar los flujos urbanos y evitando el tener que cruzar Madrid para dirigirse de un pueblo a otro.Las directrices señalan también la necesidad de la conservación de las zonas boscosas que subsisten en la zona noroeste de Madrid, hoy ya muy degradadas por la especulación urbanística, así como la protección de las vegas agrícolas del Jarama y el Henares, que han sufrido similares agresiones por parte de la especulación del suelo. Como una idea realizable, pero que precisa de una fuerte dosis de voluntad para llevarla a cabo, se calificó la conversión de los terrenos yermos situados entre las carreteras de Andalucía y de Valencia, poco aptos tanto para la construcción como para la agricultura, en un gran parque metropolitano, para lo que se podrían aprovechar los residuos orgánicos producidos a miles de toneladas anuales por la ciudad, y que cumplirían la función de regenerar el suelo.
En todo caso, la realización de esta gama de buenas intenciones requiere la colaboración entre ayuntamientos y los distintos ministerios, que deberá reservar anualmente los fondos económicos necesarios y establecer las prioridades de las horas. Los ayuntamientos lo tienen muy complicado, según expresión de Carlos Conde Duque, porque por lo general se encuentran con actuaciones urbanísticas abusivas en sus municipios a las que es muy difícil dar marcha atrás, y en numerosos casos existen terceras personas, físicas o iurídicas, con derechos adquiridos.
Las directrices elaboradas por los equipos técnicos Coplaco no recogen, sin embargo, previsiones sobre aspectos tan importantes y tan reclamados por los ayuntamientos como son los equipamientos culturales, educativos o de asistencia sanitaria. Carlos Condé Duque argumentó que los documentos elaborados se refieren al plantamiento urbanístico y que no trata en absoluto de un plan de desarrollo quinquenal, por citar un ejemplo.
A su vez, los ayuntamientos del Arca Metropolitana, que engloba a la capital Y otros ventidós municiplos, tendrán que ponerse de acuerdo entre ellos y en el marco ya citado de las directrices generales, sobre aspectos tan importantes como la depuración de aguas residuales, el matamiento de los residuos sólidos, etcétera.
El vigente plan general data de 1963 y, como todo documento urbanístico demasiado preciso referido a una gran extensión de terreno, sus normas y revisiones fueron desbordadas por la realidad social, tal y como reconoció Conde Duque. La necesidad de revisar el plan se mencionó ya en 1970 y desde entonces se han realizado innumerables estudios básicos, preparatorios, etcétera, que, sin embargo, no cuajaron nunca hasta ahora en que la nueva situación política y, las presiones de la izquierda forzaron de alguna manera la acometida de los trabajos definitivos.
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