Los asaltantes del Banco Central pasan hoy a disposición judicial

La policía tiene previsto poner hoy a disposición de la Audiencia Nacional a los integrantes de la banda armada que asaltó el pasado 23 de mayo la oficina principal del Banco Central en Barcelona, al expirar el plazo de la ley Antiterrorista. La acusación se centra, según fuentes próximas al caso, en el hecho de que los asaltantes no tenían vinculaciones con la extrema derecha, «sino que eran delincuentes comunes, que pretendían apoderarse de una importante cantidad de dinero».La acusación policial contradice las afirmaciones del presidente Calvo Sotelo en el Pleno del Congreso de los Diputados la pasada semana. En aquella ocasión el jefe del Ejecutivo afirmó que el jefe de la banda había mantenido un contacto con un ultraderechista en Perpignan, quien habría financiado la operación. Este extremo ha sido descartado por la policía en sus investigaciones, ya que aunque es cierto que lo dijo el jefe de la banda en un primer interrogatorio, luego lo han negado.

Los detenidos, nueve en total, han sido trasladados a Madrid desde Barcelona, ciudad ésta en la que han sido interrogados días pasados por funcionarios de la Brigada Regional de Información. Se trata de José Juan Martínez Gómez, el Rubio, de 25 años; Mariano Bolívar Tirado, de 21; Francisco Domínguez Martín, de 26; Miguel Millán Gros; Tomás Paz Trenado; Juan Manuel Quesada Jibaja, de 41; Cristóbal Valenzuela Marcos, de 23; Jorge Valenzuela Marcos, de 21; y Alberto Ots Jiménez, de 36. La banda la integraban once personas, las anteriores, el fallecido José Nlaría Cuevas Jiménez y una tercera más, conocida por el sobrenombre de Bartolo, que fue quien se dio a la fuga aprovechando la confusión que supuso la liberación de los últimos rehenes. Los asaltantes contaban con el apoyo en el exterior de una mujer llamada Julia Rosety, empleada del Banco Central.

En medios gubernamentales, sobre todo en Presidencia del Gobierno e Interior, existía ayer gran preocupación por el detonante final del caso, ya que, además de haberse barajado varias hipótesis sobre los asaltantes (guardias civiles, delincuentes, anarquistas, ultraderechistas, etcétera), la versión policial pone en evidencia las afirmaciones del propio presidente del Gobierno.