El reportaje sobre el paro

El viernes, en la última edición de Diario 16 -único periódico que se ha interesado en conocer mi opinión sobre el cese de Gabilondo y su más inmediata causa, mis reportajes sobre los parados-, decía que la gestión de Castedo al frente de RTVE había sido óptima desde el punto de vista de un profesional de la información. Hoy, al leer sus declaraciones a EL PAIS -sábado 23-, tengo la impresión de que Fernando Castedo no debía estar muy bien informado sobre mi trabajo, y que debió ver los dos reportajes sobre los parados muy de pasada.Dice el director general que los programas «habían sido grabados casi en su totalidad en el mes de enero y que habían quedado desfasados». «Los reportajes se habían quedado desenfocados porque no recogían las importantes medidas adoptadas por la Junta de Andalucía y el Gobierno». Pues bien, los primeros metros de película los rodamos con el cámara Evaristo Canete en la segunda semana de febrero, exactamente la entrevista al alcalde de Getafe y los planos de los pobres de Madrid. El grueso de las filmaciones fue realizado en varias etapas durante el mes de abril y principios de mayo, ya que el intento de golpe llamado tejerazo nos aconsejó dejar dormir el tema una temporada. Las últimas filmaciones las hicimos con el cámara José Luis Márquez, en Andalucía, entre los días 29 de abril y 2 de mayo, día este último en que se terminaban las huelgas de hambre de Marinaleda, etcétera, y Rafael Escuredo recibía al SOC.

En el segundo reportaje, El sueño de Andalucía, mi voz dice en off que tras los últimos acuerdos entre Escuredo y el Gobierno los días de empleo comunitario se amplían a cuatro, además de otras medidas estructurales que fueron pactadas entre el presidente de la Junta de Andalucía y los ministros de Agricultura y Trabajo. Esto queda muy claro, y lo digo dos veces durante el reportaje; una, exactamente al final; así que no entiendo la afirmación de Fernando Castedo si no es a causa de falta de atención. O sea, el reportaje era de rigurosa actualidad, porque, además, en él se decía, lo decía mi voz en off, que esos pactos entre Junta de Andalucía y Gobierno «habían sido denunciados por su parcial incumplimiento por Rafael Escuredo». Esta denuncia fue hecha, también por UGT de Andalucía, dos días antes de emitirse el programa.

En cuanto a la estructura del programa, Iñaki estaba perfectamente al corriente de todos sus pormenores, pues hasta le canté algunas letras de las músicas del primero -único que no visionó-. Al segundo, tras su visionado, le cortamos de común acuerdo quince segundos de una letra de canción que nos pareció podría atentar al concepto de unidad de España. En cuanto a la crispación que pudieran producir al país ambos reportajes, es una cuestión opinable. Diariamente, Prensa, radio y televisión vienen sirviendo de tribuna a importantes personalidades del Gobierno, la oposición, centrales sindicales y CEOE para opinar sobre el tenia del paro. Tal vez estas intervenciones puedan crispar también al país y he comprobado que, al menos, suelen crispar a los parados. Nuestro trabajo pretendía «ver la cara, las caras y oír las voces» que se ocultan tras las cifras que, día a día, manejan, con la frialdad de la política, esas personalidades. Este era un reportaje sobre los parados, y no sobre el paro.

En la información de EL PAIS se pone en palabras de un «jefe de área nombrado por Gabilondo» que el reportaje podría haber sido «un gol que le metieron al director»... y «que había sido encargado con mucha anterioridad por Pablo Irazazábal, ex director de informativos». Pues no, no hubo gol. Iñaki sabe quién le ha metido los goles, y de ellos hablamos varias veces al llegar él a Televisión Española. También sabe de mi absoluta entrega profesional a su gestión desde el primer día. Y el director de Primera página y todo el equipo de reporteros también sabe que Pablo Irazazábal nunca dio vía libre al tema del paro.

Finalmente, diré que los testimonios que estoy recibiendo de los compañeros de la Prensa y de Televisión, de losparados que conocí durante la elaboración del trabajo

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y gentes diversas, coinciden en dos cosas al menos: que era un testimonio duro, pero real y honesto, y que era un buen trabajo profesional. Esto último, gracias al equipo de cámaras y montaje que lo ha realizado./