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Reportaje:

Aravaca, el "barrio" madrileño de mayor renta "per capita"

Con una población de 7.141 personas, una superficie de 59 hectáreas y la renta per cápita más elevada de toda la capital, Aravaca es actualmente un barrio madrileño con graves problemas de equipamiento y urbanismo. Esto es consecuencia de la avalancha humana que entre los años cincuenta y sesenta vino a asentarse a la zona norte de la ciudad, modificando así la fisonomía de los pueblos periféricos y desbordando su capacidad para atender hasta las necesidades primarias de sus habitantes. Aravaca es un ejemplo de la falta de planteamiento infraestructural ante el fenómeno residencial ocurrido en los últimos treinta años en las inmediaciones de Madrid.

El término municipal de Aravaca se incorporó al término municipal de Madrid en 1954, pasando a depender del distrito de Moncloa. Ese mismo año se elaboró el Plan de Ordenación de Aravaca (y El Plantío), por el cual, gran parte del antiguo pueblo se consagraba a la construcción de viviendas unifamiliares para la clase media-alta de la ciudad. Las 553 viviendas con que contaba Aravaca en 1950 aumentaron a 2.284 en diez años. Varios factores confluyeron en la elección de este barrio como zona residencial: la proximidad a Madrid, el fácil acceso a través del primer tramo, recién construido, de la carretera nacional VI (llegaba hasta Las Rozas), la existencia de grandes parcelas a bajo precio, el prestigio del que siempre ha gozado la vertiente sur de la serranía madrileña y el incremento del uso del vehículo privado.En 1981, Aravaca incluye once urbanizaciones y varios proyectos en fase de construcción. En la parte norte, a la derecha de la carretera de La Coruña, están las colonias de Las Flores, Ayuca, y las urbanizaciones de El Pardo de Aravaca, Monreal y la Zarzuela. En el sur, a la izquierda de la carretera, están las colonias de Camarines, Alfar, Domínguez y las urbanizaciones Fuente del Rey, la Rinconada, y Sol y Campo (esta última en zona verde, no urbanizable).

Las grandes casas con amplio jardín, levantadas en los primeros años, son las menos. Las residenciales modernas consisten en chalés adosados con menguado jardín, para aprovechar al máximo el espacio edificable. El precio del metro cuadrado en la zona norte se cifra en más de 4.000 pesetas, pero los compradores se multiplican y el precio se revaloriza constantemente.

Deficiencias de equipamiento

La función residencial prioritaria de Aravaca ha acabado poco a poco con las actividades agrícolas y ganaderas: los terrenos tradicionalmente dedicados al cultivo y al pasto ahora se dedican al más lucrativo negocio de la edificación. El crecimiento demográfico ha incidido en una mayor demanda de servicios públicos y comerciales, demanda que todavía hoy no ha podido ser satisfecha.Aravaca carece de guarderías, centros culturales (sólo hay dos cines en mal estado), de locales para la tercera edad y para la juventud, de instalaciones deportivas públicas. No hay mercado municipal y los establecimientos comerciales son muy caros; se garantiza el autoabastecimiento esencial, pero apenas hay algún comercio especializado. No hay ambulatorio de la Seguridad Social, por lo que los afiliados han de trasladarse a Madrid para cualquier consulta; el único centro asistencial es la Casa de Socorro, pero sólo cuenta con equipo para primeros auxilios. El colegio nacional, con sus setecientas plazas, es insuficiente para admitir a toda la población escolar del barrio, y los colegios privados son casi elitistas (se nutren de niños de otros pueblos y barrios en un 70% u 80%: Moncloa, Pozuelo, Boadilla, Somosaguas). No hay instituto para estudiar el BUP, lo cual influye en que los escolares no pasen de octavo de EGB. El cementerio municipal se ha quedado pequeño y los otros dos existentes son de carácter privado. Hay muchas calles sin asfaltar, muchas mal alumbradas.

Pero no es sólo el problema del mal equipamiento el que preocupa a los vecinos de Aravaca. Dos temas fundamentales en su tabla de reivindicaciones son los relativos al transporte y al tráfico. Por su distancia al barrio más próximo, Argüelles-Moncloa, los habitantes de Aravaca han de utilizar frecuentemente el transporte público. Cuatro autobuses llegan hasta aquí. La línea Moncloa-Pozuelo, de la empresa Llorente, pasa cada diez o quince minutos, pero, los coches son incómodos y antiguos y, en cambio, su tarifa es elevada. La línea 84 de la EMT es más cómoda y más barata, pero no es una alternativa, pues sólo hay dos coches para cubrir el trayecto. Las dos líneas universitarias A e I no circulan más que los días lectivos, y en ciertas ocasiones los conductores se han negado a parar en Aravaca. Los vecinos piden que se aumente el número de líneas, que se regularice el servicio de las existentes y que se descentralice el punto de destino (salvo el I, que sale de Cuatro Caminos, el resto salen de Moncloa). Por otra parte, el transporte por ferrocarril presenta la ventaja de hacer el trayecto entre Madrid-Príncipe Pío y Aravaca en apenas diez minutos, pero la estación dista más de quince minutos del barrio. Sería conveniente, al parecer del vecindario, poner un microbús que trasladase a los viajeros del barrio a la estación y viceversa, por un precio módico.

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En cuanto al tráfico, la situación es alarmante. El eje central de Aravaca, la avenida de la Osa Mayor, a cuyas márgenes se levantan los edificios del casco viejo y los nuevos conjuntos residenciales de posterior construcción, es vía de acceso a Pozuelo y Boadilla del Monte desde la Nacional VI. A las horas de entrada y salida a los trabajos y a los colegios, se produce un alto grado de concentración de turismos y de autocares. Tal concentración significa una serie de molestias diarias para los vecinos: ruido, imposibilidad de transitar por el barrio con un medio de transporte, peligro para los niños.

«Si prospera el plan de ampliación de la Casa de Campo y la construcción de las 7.500 viviendas previstas, el problema se agravará», dice Jesús González Escribano, presidente de la junta municipal del distrito de Moncloa. «Todos los vehículos privados y públicos que fuesen o viniesen de estas viviendas, tendrán que pasar por Aravaca. La única solución sería abrir una carretera entre el pueblo de Pozuelo y la carretera de Castilla o la de La Coruña, para desviar el tráfico y convertir Aravaca en una zona neutra y tranquila».

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