Sanciones y abandono masivo de militancia en el partido comunista del pueblo madrileño de Móstoles

Tras la salida del diputado Ramón Tamames del Partido Comunista de España (PCE), en la organización de este partido en Móstoles, ciudad-dormitorio cercana a Madrid, con 120.000 habitantes, están tranquilas las cosas tras el último pleno del comité central, aunque el conflicto viene de más lejos. Como botón de muestra, baste decir que de los cuatrocientos militantes con carné de 1981 se ha pasado a 150 en el presente año. Al abandono masivo de afiliados hay que añadir la dimisión de cuatro personas del comité local y la amenaza de sanción a cinco de sus miembros más activos.Se trata de Francisco Gil, Antonio Navarro y otra persona, sobre quienes pesa una propuesta de sanción de un año de inactividad en los cargos del partido, y de Carlos Sanz y Ana María González (una de las dimisionarias del comité local), con el castigo de seis meses de retirada de carné. A estos cinco militantes se les comunicará la sanción por escrito el próximo día 22, añadieron las mencionadas fuentes. EL PAIS ha intentado repetidas veces obtener la confirmación en la comisión de garantías y control de la Federación Sur madrileña, sin que fuera posible.

Dichas sanciones tienen su origen en la negativa de esas cinco personas a retirar su firma de un escrito, avalado por treinta nombres -prácticamente la totalidad de los asistentes a los plenos y reuniones del partido en Móstoles-, en el que se acusaba de mantener una actitud antidemocrática «y de total desprecio hacia los miembros del pleno» a Gumersindo Plaza (miembro del comité central de Madrid) y a varios miembros más que componían la mesa en el mencionado pleno. Allí se propuso que, ya que el partido no funcionaba, «no existía el debate, sufríamos una masiva pérdida de militancia y no se permitía la menor crítica al aparato», se revocase la composición del comité local, se ampliase en número, o, finalmente, se convocase una conferencia.

Los citados componentes de la mesa, tras trece horas de discusión, se negaron a someter a votación cualquiera de las tres propuestas, lo que dio origen a una carta de protesta enviada a los responsables del partido. Nada más enviarse dicha carta, los firmantes fueron llamados en grupos de tres y de cuatro a explicar sus razones ante miembros del comité central e invitados a que retiraran las firmas.

Por otra parte, y según informa nuestro corresponsal en Oviedo, J. M. Vaquero, Silvino Lantero Vallina, hasta ayer concejal del Ayuntamiento de Oviedo, diputado provincial y consejero regional del organismo preautonómico, se dio de baja del PCE sin previo aviso. Sus compañeros de partido en las instituciones citadas conocieron su decisión por medio del alcalde de Oviedo, Luis Riera, y del presidente de la Diputación, Agustin Antuna, ambos de UCD, quienes revelaron a los concejales y diputados, respectivamente, el contenido de sendas cartas de renuncia remitidas por el dimisionario.