"La pena de muerte crea unos héroes que luego que luego son muy difíciles de desmitificar"
«El terrorismo acabará en España cuando la sociedad se dé cuenta de que hay que luchar unitariamente contra él. La pena de muerte lo que hace es crear unos héroes que luego son muy difíciles de desmitificar». Estas palabras pertenecen al comisario Manuel Ballesteros, director del Mando Unico Contraterrorista. Frío en la concepción de su profesión, solitario en su trabajo, calculador en sus respuestas y simplemente poderoso, conceptos que no todos admite, el policía Ballesteros dice, en declaraciones a EL PAIS, que el terrorismo va contra el Estado y la propia democracia; denuncia la pasividad francesa en el fenómeno ETA, y asegura que la policía española no interviene en ninguna guerra sucia contra organizaciones armadas. Ballesteros piensa que el Mando Unico Contraterrorista está todavía en marcha y reconoce cierta falta de entendimiento entre las distintas fuerzas que componen los cuerpos de la Seguridad del Estado, hecho éste del que afirma: «Ha ocurrido siempre por un afán de emulación y de que cada uno de los cuerpos pretende conseguir los mayores éxitos policiales». Natural de Pulianillas (Granada), 46 años y padre de dos hijas, Manuel Ballesteros, que entró en la policía con veintitrés años, se considera un hombre de la periferia que lleva sólo dos años en Madrid. Este hombre, que asegura haber leído El capital en el interior de una comisaría, despacha directamente con el ministro del Interior y controla toda la información policial que se produce en España.
Pregunta. De usted se ha escrito mucho. Le han llamado frío y calculador. También poderoso por el puesto que ocupa: máximo responsable de la información policial que circula en este país. Y a veces le han recordado un pasado de hombre duro frente a los partidos políticos que constituían la aposición democrática al régimen del general Franco. ¿Cómo es el actual director del Mando Unico Contraterrorista?Respuesta. Cuando estás en una profesión como ésta tienes que ser frío, porque son muchas ya las cosas que no te sorprenden. Nunca hice un cálculo en mi profesión, ni económica ni profesionalmente. Y me molesta la popularidad porque me considero un hombre más bien solitario, de mis cosas y de mis amigos. Lo que tal vez me ocurre, y en esto me siento un poco desgraciado, es que me gusta coger un tema y trabajarlo a fondo. Y eso no es cálculo, sino simplemente espíritu de trabajo. El que trabaja llega en esta sociedad. Pero yo no lo he buscado y a veces me asusta a responsabilidad y el puesto donde pueda estar. Tampoco soy poderoso. El poder de un policía es bastante limitado, sobre todo cuando está sujeto a la crítica. Lo mío simplemente es profesionalidad. Y dentro de ella he actuado en la legalidad anterior: si el partido comunista era ilegal teníamos que actuar contra él. Siempre me he sentido un policía honesto y profesional y nunca me he excedido de lo que marcaban las leyes, las de antes y las de ahora.
P. Manuel Ballesteros es un hombre al que se te ve con cierta desconfianza. E incluso desde un sector determinado de la policía se ha dicho que «ha sido capaz de engañar a todo un Gobierno, a un Parlamento, a la policía y poner más que en duda su metodología y efectividad».
R. Si estoy mal visto por ciertos sectores políticos volvemos a la pregunta anterior. Estuvimos en una labor que hubo que hacer. Ni nosotros hicimos las leyes ni nosotros juzgábamos a los detenidos. Nos limitábamos a perseguir a quienes incurrían en esas actividades que entonces eran ilegales, aunque ahora se consideren normales. Y actuábamos en esa línea y poníamos a los detenidos a disposición del juez, que era quien juzgaba, condenaba y ordenaba el ingreso en prisión. Mi papel lo asumo perfectamente porque tengo la conciencia. tranquila. En cuanto a que soy contestado dentro de la policía, es incierto. Tengo pruebas convincentes de que eso no es así, Soy contestado por ese sector minontario que es la USP, que ellos mismos dicen que son ochenta o noventa personas. Pero la mayoría de la corporación, y lo digo con toda mi alma, no está con ellos. A mí me consta que la inmensa mayoría de los funcionarios del cuerpo no es que estén. conmigo por ser yo, sino porque creo que me consideran un profesional. Y ellos lo son también.
P. El Mando Unico Contraterrorista lo forman representantes de las fuerzas de la Seguridad del Estado y de un servicio de información militar, concretamente el CESID. ¿En realidad funciona este Mando Unico o es la Comisaría General de Información, con usted al frente, la que ocupa su lugar?
R. Esto está todavía en marcha. En un principio prácticamente ha sido la Comisarla General de Información, porque se ha celebrado una serie de reuniones previas en las que se han hecho reajustes, se han intercambiado opiniones y se ha ido preparando lo que va a ser el Mando Unico con arreglo al decreto que aprobó el Consejo de Ministros. Pero últimamente se está configurando y ya no, es la Comisaría General. El jueves pasado se celebró la sesión constitutiva y todos los mandos nos entrevistamos con el presidente del Gobierno. Creo qué a partir de ahora vamos a marchar seriamente.
P. Se habla de una falta de entendimiento entre la Guardia Civil y el Cuerpo Superior de Policía y también de problemas de celo entre los funcionarios de las brigadas regionales y central de informacion. ¿Piensa usted que con estos problemas Internos se puede llevar a cabo una política antiterrorista que ofrezca resultados eficaces?R. El que ha habido resistencia y enfrentamiento entre el Cuerpo Superior de Policía y otros cuerpos de la seguridad del Estado es cierto. Ha ocurrido siempre por un afán de emulación y de que cada uno de los cuerpos pretende conseguir los mayores éxitos policiales posibles. En parte es positivo por la emulación que produce, y también negativo por la descoordinación. Esto se ha producido también entre las brigadas central y regionales de información. Hemos caído en un protagonismo mal entendido, pero que, insisto, no es la razón o el argumento de los distintos servicios, sino que está basado precisamente en el afán de conseguir un servicio importante. Pienso que eso se va a arreglar ahora, porque es necesario e imprescindible que la operatividad antiterrorista esté coordinada, encausada y dirigida unitariamente.
P. Determinados sectores le culpan de la polémica surgida recientemente entre el Poder Judicial y el Ministerio del Interior. Y como detonante se cita el caso Ruiz Balerdi...
R. Yo creo que no soy culpable de nada. Entiendo que la policía trabaja con total honestidad, y nosotros no hemos provocado, ni yo e n particular, Dios me libre, ningún enfrentamiento. Lo que pasa es que nosotros nos estamos jugando mucho.en esta guerra revolucionaria que está desarrollando el terrorismo. Creemos que no debemos estar solos, porque el terrorismo, en definitiva, lo que va a destruir es al, Estado y a la propia democracia, que es para todos y debemos defenderla todos. Lo que sí es posible que nos ocurra en algún momento es que nos veamos desasistidos, por lo que pedimos un constante arropamiento de la sociedad. En cuanto al caso Ruiz Balerdi, estimo que hicimos todo lo que pudimos, pero la autoridad judicial no lo consideró así. Seguramente no aportamos las pruebas necesarias. No obstante, puedo afirmar que actuamos de forma correcta y positiva.
P. ¿Cree usted, Ballesteros, que el terrorismo acabará algún día en España?
R. El terrorismo se acabará en España cuando la sociedad se dé cuenta de que hay que luchar unitariamente contra él. Yo parto de dos factores fundamentales: en cuanto todos los grupos y fuerzas sociales apoyen la lucha contraterrorista y Francia deje de inhibirse en el tema con el terrorismo de ETA se puede terminar rápidamente con este fenómeno.P. ¿Piensa de verdad que es básico el tema de Francia, nunca descartado por los observadores, o es que con esto se pretende ocultar supuestos errores policiales en territorio nacional?
R. No sólo lo pienso, sino que lo afirmo terminantemente. No admito el menor margen de duda. Probablemente trabajemos muy mal y tengamos muchos errores. Eso yo lo acepto porque somos humanos, y ojalá no lo fuéramos, porque entonces ETA no existiría. Lo que no cabe la menor duda es que el santuario de ETA es Francia y allí se encuentra todo su comité ejecutivo. Esto lo saben hasta los propios franceses. Si una organización tiene su cabeza en Francia, lógicamente no podremos acabar con ella. Sólo podremos terminar con sus ramificaciones, que son las que están en el interior. Además, todo el mundo sabe que Atxon., Txomin y Txiquierdi, entre otros, viven en territorio francés y no pasan la frontera.
P. ¿Cuál es el nivel de colaboración entre las policías española y francesa?
R. Hay una colaboración muy floja y elemental, porque tanto la policía francesa como la española obedecen al poder ejecutivo, y mientras éste no le dé facultades para que esa colaboración sea a fondo, pues la policía francesa no actúa. Lo que yo sí digo es que la policía francesa, al igual que la mayoría de las policías del mundo, ve el problema terrorista con la misma intensidad que lo vemos nosotros. Existe un fenómeno muy curioso: la policía siempre piensa igual. Cuando la policía es profesional, aunque se hablen idiomas distintos, los planteamientos y formas de actuación son los mismos. Lo que pasa es que la policía francesa obedece al poder político, y en este caso me imagino que no tendrá instrucciones de rolaborar.
P. Usted viene solicitando desde hace algún tiempo la ilegalización de Herri Batasuna, organización a la que considera vinculada a ETA Militar. ¿Cuáles son los argumentos en que basa su afirmación?
R. Los argumentos para cualquier ciudadano son clarísimos. Herri Batasuna está constituida por un partido mayoritario que es Hasi, que es ilegal; un partido muy minoritario y escasamente representativo, que es Acción Nacionalista Vasca, y un grupo de independientes, entre ellos las personas que le dan cierto relumbrón público porque tienen un prestigio o porque tienen una personalidad política, como fue el caso de Telesforo Monzón, que arrastraba porque era un símbolo, o como lo es Iríbar, que fue portero de fútbol internacional.
En definitiva, el núcleo funda
mental es Hasi, partido ilegal que siempre ha preconizado y apoyado la lucha armada de ETA Militar. Luego hay una característica más: la existencia de una coordinadora KAS, que celebra reuniones, que tiene una constitución, unos planteamientos... Y en esas reuniones interviene Hasi, ETA y otras organizaciones minúsculas. Como ahí está ETA con pleno derecho, todo está clarísimo. No hay que ser un jurista para verlo claro.
P. ¿En qué pilares se sustenta ETAm para moverse con tanta facilidad y escapar de la misma forma del acoso policial?R. ETA se está moviendo ya con muchas dificultades. Hasta ahora lo hacia muy bien porque tenía un apoyo de la sociedad que todos conocíamos, y que va perdiendo. Ultimamente está sufriendo golpes durísimos y su capacidad de movimiento es menor. Cuando una organización terrorista pierde parte de su infraestructura, cobertura y puntos de apoyo, empieza a perder efectividad. Y existen dos razones: la acción policial y, el rechazo de la sociedad. ETA se está quedando sola, con la esencia Y con los comandos ilegales, qué son los formados por los individuos que vienen de Francia, cometen el atentado y luego regresan.
Los comandos legales, que suelen vivir en el interior, son en cambio escasísimos porque están desarticulándose. Entonces se está comprobando que hay menos actos terroristas. Lo que ocurre es que al actuar exclusivamente los comandos ilegales los actos son más violentos y espectaculares, ya que son gente más preparada. Todo esto está de alguna forma en concomitancia con la sensación de acorralamiento, y por ello tienen que dar golpes tremendos para demostrar que están vivos y pujantes.
P. Desde algunos sectores de la policía se viene propiciando la restitución de la pena de muerte en España, medida anticonstitucional rechazada por las principales fuerzas políticas, salvo extrañas excepciones. ¿Es usted de las personas que comparten las tesis de que el terrorismo se acaba en España con la implantación de la pena capital?
R. No es una solución para acabar con el terrorismo. La pena de muerte lo que hace es crear unos héroes que luego son muy difíciles de desmitificar. La pena de muerte podría ser una medida extrema cuando una sociedad se sienta tan amenazada que no vea otra salida. Y en este momento hay todavía muchas salidas en España. Además, se trata de una medida que es anticonstitucional, y yo, personalmente, acepto la Constitución. Si se implantara la pena de muerte sería un indicio de que est.) iría muy mal, y pienso que España no va tan mal.
P. Muchos españoles se preguntan qué ocurre con los GRAPO, organización a la que la policía ha dado por desarticulada en varias ocasiones, y, sin embargo, sigue ejecutando acciones.R. Es cierto que se ha dicho que estaban en vías de extinción y prácticamente desarticulados, pero nosotros nunca hemos dicho que se hubiera acabado con la organización. Esta, que es el PCEr en su conjunto, ha perdido en los sucesivos golpes policiales toda su entidad y fuerza, y se ha quedado reducida a un grupo de seis u ocho hombres, que son los que se encuentran actualmente en la clandestinidad. Toda organización terrorista tiene un soporte político, y los GRAPO ya no lo tienen. Cuando se reducen y se radicalizan tanto es muy difícil penetrar en ellos. Pero cuando consigamos llegar a ese pequeño núcleo, en el que se encuentran Cerdán Calixto y Martín Luna, los GRAPO caerán, aunque no hay que olvidar ese pequeño sustrato que todavía existe de elementos del PCEr que pasan períodos de hibernación y luego aparecen implicados en acciones terroristas.
P. En algunas ocasiones se ha acusado a ciertos policías de concomitancia con elementos de la extrema derecha, acusaciones que incluso han salido de dentro de la Corporación.
R. Me imagino que habrá sido en una época anterior. En este momento el Cuerpo Superior de Policía es completamente profesional. Ningún funcionario se ha saltado una orden que se le haya dado de actuar contra la extrema derecha. En cuanto a la Brigada Central de Información, de la que se ha dicho que era ultra o tal, tengo que decir que de ella han salido los mejores servicios contra la extrema derecha de los últimos tiempos.
P. El atentado contra el bar Hendayais es todavía un enigma. Y más aún aquellos hombres que cruzaron violentamente la frontera momentos después y de quienes se dijo, desde el Ministerio del Interior, que formaban parte de una red de información de la policía española. ¿Qué ocurrió ese día?
R. Si la policía lucha contra ETA y si el potencial de la oganización está en Francia, es lógico que se intente crear una red informativa en ese país. La teníamos en ese momento y la seguimos teniendo. Ahora bien, esos señores que cruzaron la frontera no fueron los autores del atentado. Eso me consta. Creyeron que iban por ellos y entonces se dirigieron a la frontera. Son unos hombres que se movían por el sur de Francia totalmente desarmados en busca de información. Ellos se creyeron que el atentado iba contra sus personas y entonces pasaron la frontera a uña de caballo. Yo tengo para con ellos un deber de conciencia y nunca, aunque vaya a prisión, rebelaré sus nombres.
P. Pero lo que está claro es que existe una guerra sucia contra ETA...R. Lo veo y lo sabemos todos que hay una guerra sucia. La policía como cuerpo profesional no interviene en la guerra sucia contra ETA, porque no tenemos facultades para eso. Un policía español no puede actuar fuera de su territorio. El que haya por ahí elementos que estén actuando contra ETA es evidente. Supongo que estarán movidos por algún ente, estamento o grupo de la sociedad española. Pero desde luego el hecho de que no son miembros de la policía y que yo tampoco sé quiénes son está claro.
P. Existe un caso sin resolver del que se ha especulado en todos los sentidos. Se trata de la muerte del máximo dirigente del Frente de la Juventud, Juan Ignacio González. Se ha dicho que fue un atentado y también un ajuste de cuentas.
R. Este caso lo profundizamos mucho, Y tenemos un extraordinario interés en aclararlo, principalmente por ese marchamo que nos adjudican de que no nos ocupamos a fondo de estos temas. Con la desarticulación del Frente de la Juventud ese caso se pudo esclarecer. En aquel momento, si se hubiera ejercido violencia, se podría haber sacado. Yo creo que efectivamente estaba en ese contexto el autor del asesinato y que fue un ajuste de cuentas. De eso estamos convencidos.
P. Los malos tratos al detenido durante los interrogatorios han quedado patentes en varias ocasiones. Incluso la extrema derecha -ahí están unas recientes declaraciones de Blas Piñar- ha acusado a la policía de practicarlos...
R. Hasta que no se actuó contra el Frente de la Juventud o esos núcleos de extrema derecha, Blas P- inca acusó a la policía de practicar malos tratos. Yo no digo que en algún caso se hayan practicado, pero ahí está la autoridad judicial para investigar y sancionar al culpable. En este terna estamos de vuelta de todo, porque cualquier detenido de ETA o GRAPO que pasa por las dependencias policiales lo primero que nos dice es que nos va a denunciar por malos tratos. El terrorista, en muchas ocasiones, utiliza este recurso ante su organización para que no se crean que en los interrogatorios ha vendido o descubierto a sus compañeros. También lo suelen decir con frecuencia para que el juez les trate luego con cierta benevolencia.
P. Pero ahí tenemos un caso muy reciente: la muerte del miembro de ETAm Joseba Arregui.
R. Aquí hay un cúmulo de circunstancias. Este señor fue objeto de violencia porque fue una detención muy accidentada. Eso no lo ha negado la policía y lo vio la gente, porque hubo que reducirlo en plena calle. Este terrorista, que iba armado, disparó contra la fuerza pública y hubo que detenerlo a la fuerza. Esu caballero llegó maltrecho aquí y luego el caso se complicó con la asistencia.
Esto ocurrió en un momento en que la opinión pública se encontraba sensibilizada contra el terrorismo, porque días antes había sido asesinado el ingeniero Ryan. No obstante, hubo sectores políticos, que está demostrado que buscan la involución, que se aprovecharon de las circunstancias para romper esa reacción favorable del pueblo hacia la policía y en contra del terrorismo.
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