El presidente del Parlamento Foral de Navarra expulsó del Pleno a 15 diputados "abertzales"
El presidente del Parlamento Foral de Navarra, Víctor Manuel Arbeloa (PSOE), expulsó en la mañana de ayer a quince parlamentarios de Herri Batasuna, Euskadiko Ezkerra, Amaiur y PTE, que protestaban por la presencia en el salón de plenos de Jaime Ignacio del Burgo (UCD), al comienzo del Pleno de la Cámara convocado para debatir la norma de Presupuestos Generales de Navarra para 1981. La presidencia necesitó más de una hora para expulsar, uno a uno, a los quince parlamentarios, ya que la policía foral tuvo que intervenir en varias ocasiones para obligar a los parlamentarios a que abandonaran el salón.
A las diez de la mañana daba comienzo el Pleno del Parlamento foral, con la presencia de Del Burgo, a quien la Cámara había acordado exigir su dimisión como presidente de la Diputación y como diputado foral, por sus implicaciones en el caso FASA, el 14 de abril de 1980. Después de que se aprobara el acta de la sesión anterior, tomó la palabra, para una cuestión de orden, el portavoz de HB, Iñaki Aldekoa, quien solicitó a la presidencia que, en cumplimiento del acuerdo del 14 de abril de 1980, expulsara de la sala a Del Burgo. Con el fin de comprobar si la proposición de HB tenía el apoyo mayoritario de la Cámara, la presidencia abrió un turno de intervenciones en el que, en primer lugar, participó el portavoz de UPN, Javier Gómara.Para UPN, el Pleno debía celebrarse con normalidad, y la circunstancia de que anteriores sesiones hubiesen tenido que ser suspendidas, se debía a razones de hecho y no de derecho. El portavoz de UCD, Ignacio Astrain, precisó a su vez que su partido apoyaba totalmente a Del Burgo por considerar que nadie tiene derecho a invalidar un acta electoral, con excepción de los tribunales.
El portavoz socialista, Gabriel Urralburu, centró la cuestión al explicar que su grupo había intentado por diversos procedimientos legales que se cumpliera el acuerdo del Parlamento, si bien llegado el momento actual había que dar una solución al tema. «O decidimos paralizar para siempre el Parlamento, o decidimos funcionar pese a quien pese y caiga quien caiga».
Por su parte, el representante del grupo abertzale Amaiur, Mikel Pedroarena, manifestó que, para no mancillar la dignidad de la Cámara, debería cumplirse el acuerdo del 14 de abril de 1980 y, en consecuencia, aplicar a Del Burgo el artículo 56 del reglamento y expulsarle de la Cámara, «porque su presencia promueve desórdenes en el Parlamento».
Carlos Clavería, por el PNV, afirmó que la posición de Del Burgo debía considerarse como un caso patológico, ya que una sola persona había hecho prevalecer su postura sobre la voluntad mayoritaria de la Cámara, causando un grave perjuicio a la existencia misma de las instituciones forales. Clavería pidió a la presidencia que aplicara el artículo 56 del reglamento a Del Burgo para que el Parlamento pudiera continuar sus funciones.
Arraiza, de Euskadiko Ezkerra solicitó que fuera expulsado Del Burgo, ya que «la indignidad de éste dio lugar al acuerdo del 14 de abril, y la dignidad y el prestigio de Navarra aconsejan que se expulse a Del Burgo». Zufía, del Partido Carlista, después de criticar a Del Burgo, por su presencia, se mostró partidario de que el Pleno se celebrase, ya que consideraba prioritario «reanudar la vida normal de este Parlamento».
Después de este turno de intervenciones, Arbeloa señaló que había quedado patente la voluntad de la mayoría de la Cámara para que el Pleno se celebrase, y advirtió que expulsaría de la sala a quienes entorpeciesen el desarrollo de la sesión. Aldekoa volvió a tomar la palabra para significar que «o Del Burgo se está aprovechando de Tejero, su pistola y sus guardias civiles o con Del Burgo se ha cometido una gran injusticia. Ni nos vamos a dejar chantajear por Tejero ni por este reglamento».
Entrada de la Policía Foral
En este momento, el presidente Arbeloa le advirtió que le retiraba la palabra y, como quiera que Aldekoa continuó hablando, le anunció que quedaba expulsado y suspendía el Pleno por tres minutos. Ante este aviso, entraron en el salón seis miembros de la Policía Foral, al mando de su capitán, Luis Lezana Odriozola, quienes invitaron a Aldekoa a abandonar el pleno.
Una vez que el portavoz de HB se retiró del salón, se reanudó la sesión y tomó la palabra Pedroarena para exigir, de nuevo, que se aplicara el reglamento a Del Burgo, por lo que fue expulsado por la presidencia, después de tres avisos. Suspendida la sesión por otros tres minutos, José Antonio Urbiola preguntó a Arbeloa si la expulsión de Aldekoa era extensiva a todo el grupo parlamentario de HB, «ya que el señor Aldekoa no va a abandonar solo la Cámara». Urbiola, excitado y levantando ostensiblemente la voz, recalcó el hecho de su reciente detención y puso de manifiesto que en esa circunstancia no se había dejado notar la autoridad de Arbeloa.
El presidente del Parlamento expulsó a Urbiola mientras el parlamentario de Amaiur, González, repetía la operación y, después de tres avisos, recibía la comunicación de la expulsión. Por este sistema fueron expulsados ocho parlamentario de HB (Aldekoa, Urbiola, García de Dios, Del Olmo, Urrestarazu, Alemán, Goya y Archanco), cuatro de Amaiur (Pedroarena, González, Olíte y Bueno), dos de EE (Arralza y Sorauren) y Jesús Casajús (PTE), para lo cual el presidente suspendió y reanudó la sesión quince veces, mientras Del Burgo, impasible, leía un libro.
Solidaridad del PNV
La situación más penosa se produjo cuando el parlamentario y diputado foral Jesús Bueno, que, enfermo, había acudido al pleno, se resistió a abandonar el salón, por lo cual tuvo que intervenir la policía foral para obligarle a levantarse de su escaño. Jesús Bueno, con quien intentaron mediar varios parlamentarios, rogándole que saliera sin dar un espectáculo, abandonó el salón de plenos llorando y en uno de los pasillos se desmayó. Sesenta y cinco minutos después de haber se iniciado el Pleno v con dieciocho parlamentarios menos (los tres del PNV abandonaron el salón en solidaridad con los quince expulsa dos), la sesión comenzó.
Durante una conferencia de Prensa, los representantes de los quince parlamentarios expulsados -que pueden ser sancionados, como mínimo, con un mes de sus pensión de la actividad parlamentario- significaron que el PSOE había dado un giro total en su actuación hasta el momento, motiva do por los sucesos del pasado 23-F.
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