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Desaceleración de las pérdidas de Energía e Industrias Aragonesas en 1980

Energía e Industrias Aragonesas registró unas pérdidas durante el ejercicio de 1980 de 93 millones de pesetas. Estos resultados, con ser negativos, representan una desaceleración en las pérdidas de la empresa, que ascendieron a 457 millones de pesetas en 1978 y a 198 millones en 1979.Según manifestó el presidente de la compañía, Jaime Urquijo Chacón, además del ritmo decreciente que vienen observando las pérdidas de los últimos años, «hay que tener en cuenta que a causa de la sequía, el ejercicio de 1980 ha sido muy desfavorable desde el punto de vista hidroeléctrico, mientras que, por el contrario, en 1979 se alcanzó la mayor producción en toda la historia de Aragonesas».

Si la producción de los saltos de agua de Aragonesas hubiera alcanzado en 1980 un nivel equivalente a la media (unos 750 millones de kilovatios-hora) en lugar de los 646 millones de kilovatios-hora obtenidos, los resultados se habrían visto mejorados en unos 250 millones de pesetas, con lo que el saldo de la cuenta de pérdidas y ganancias habría ofrecido un signo positivo, según se pone de manifiesto en la memoria de la sociedad.

Las cargas financieras de Energía e Industrias Aragonesas se elevaron a 1.694,8 millones de pesetas, con un aumento de 216 millones de pesetas. Paralelamente, la financiación a corto plazo ha disminuido en 2.721 millones de pesetas, con lo que el activo circulante de la empresa cubre sin problemas este tipo de deudas, en contra de lo que ocurría el pasado ejercicio, donde las deudas a corto representaban casi un 50% del endeudamiento total, frente al 29,4% que suponen al cierre de 1980.

Por su parte, el endeudamiento a medio y largo plazo aumentó en 3.127 millones, cifra de la que restados los 2.721 millones desplazados de las modalidades a corto plazo, da un resto de 406 millonesde pesetas, que constituyen la financiación neta adicional del ejercicio de 1980.

Jaime Urquijo, en su intervención ante la junta de accionistas de la empresa, realizó una síntesis de las circunstancias que habían afectado al ejercicio. Entre las negativas destacó el mal año h Idroeléctrico, el descenso de las ventas de cloro y sosa y el peso creciente de las cargas financieras.

Entre los hechos que habían afectado positivamente la marcha de 1980 se refirió a la continuidad en el buen entendimiento de la sociedad con su colectivo laboral; al proceso de reconversión industrial, administrativa y laboral emprendido hace algunos años y cuyos resultados siguen siendo positivos; a las fuertes subidas de tarifas eléctricas; a los buenos rendimientos de la producción y las ventas en los sectores químico y agroquímico; a la venta de la sociedad filial Monacril, S. A., al 250% de su valor nominal; y, por último, a la terminación de la salina de Huelva.

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