"Hay que establecer cuanto antes un marco mínimo para la reconversión", según Pérez de Bricio

«Es absolutamente imprescindible que se establezca cuanto antes el marco para la reconversión de los sectores y empresas en crisis. Podría parecer útil conocer previamente la situación real de las empresas y sectores a reconvertir, pero no hay tiempo y es preferible establecer con urgencia un cuadro mínimo. Si se tarda en establecer éste, la solución puede llegar demasiado tarde, porque entonces no sólo no habrá empresas en crisis, sino que puede no haber empresas», manifestó ayer ante la asamblea de Confemetal su presidente, Carlos Pérez de Bricio.

La asamblea, que transcurrió en un clima de conformidad y ausencia de críticas, aprobó la gestión de la directiva de Confemetal en 1980 y las previsiones presupuestarias para 1981. Ni el incremento de cuotas a los afiliados ni el recurso a un crédito interno para hacer frente al desfase presupuestario por morosos (que en ningún momento fueron cuantificados) despertaron el más mínimo debate.Pérez de Bricio, en su intervención, expuso ante la asamblea los puntos principales del último documento económico elaborado por CEOE y anunció la creación de una comisión para adaptar este documento a la situación y problemas específicos de las empresas del sector del metal. Para la aprobación de las conclusiones de esta comisión será convocada probablemente una asamblea extraordinaria de Confemetal.

El presidente de Confemetal afirmó que la reestructuración es un elemento básico no sólo en el aspecto coyuntural, sino también frente a la entrada de España en la Comunidad Económica Europea, que va a requerir unos elementos de competitividad que hoy río tenemos y que, a su vez, hacen necesarias reformas estructurales profundas. Confemetal ofreció su colaboración a los órganos de gobierno encargados de aplicar las medidas de reestructuración y solicitó -dijo Pérez de Bricio- que esas medidas se estudien y apliquen teniendo en cuenta no sólo a los grandes sectores, sino también a las pequeñas y medianas empresas, que representan el 90% de las empresas del sector del metal, lo que da una imagen clara de la necesidad urgente de abordar sus problemas peculiares, incluso con un tratamiento diferenciado.

El presidente de Confemetal insistió en la necesidad de reactivar el sector del metal y habló del papel que en este terreno pueden jugar unas inversiones públicas basadas en proyectos concretos y programadas en el tiempo. El objetivo es que las empresas españolas puedan beneficiarse de estas inversiones y que no vayan a parar a proveedores extranjeros. En definitiva, que ayuden a recuperar la competitividad del sector.

Julio Pascual, secretario general de Confemetal, presentó a la asamblea un informe sobre las relaciones laborales en el sector del metal: Puso de relieve los efectos beneficiosos del AMI en 1980, que había logrado que por primera vez los aumentos salariales no fuesen superiores a la inflación y, al mismo tiempo, reducir de forma importante la conflictividad, hasta el punto de que la s huelgas en dicho año sólo supusieron un tercio de las horas perdidas en 1979.

Julio Pascual se refirió también a la necesidad de desarrollar el Estatuto de los Trabajadores a los resultados de las elecciones sindicales y a una reciente sentencia del Tribunal Constitucional en torno a un decreto de marzo de 1977 que asegura la constitucionalidad,del cierre patronal y fija criterios concretos con respecto al derecho a huelga de los trabajadores.

Cuatro asistentes, al término de la asamblea, plantearon diversos problemas en un tono que más correspondía a reflexiones en voz alta que a preguntas concretas. Se planteó el fuerte incremento de costes de la energía Fiara los empresarios, la grave incidencia de la necesidad de financiar los proyectos en el sector de bienes de equipo, la gravedad de la crisis económica como causa de la disminución de la conflictividad laboral, la necesidad de que disminuya el precio del dinero y que sea disponible a largo pazo, entre otros temas.