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El secretario general del PSUC anuncia que su partido adoptará nuevamente el término "eurocomunismo"

El Partido Socialista Unificado de Cataluña (PSUC) va a adoptar nuevamente el término eurocomunista en sus tesis congresuales antes del X Congreso del Partido Comunista de España (PCE), que tiene previsto celebrar a finales del próximo mes de julio. El PSUC renunció a incluir esta palabra, definitoria de la política adoptada por los comunistas españoles como medida estratégica, en el quinto congreso, que se celebró en Barcelona el pasado mes de enero. Aquella decisión puso en un serio aprieto las relaciones entre ambos partidos, en medio de duras críticas de Santiago Carrillo y los principales dirigentes del PCE y no menos duras respuestas de los nuevos cargos del PSUC, Françesc Frutos y Pere Ardiaca.

A partir de entonces, representantes de ambas formaciones políticas han venido manteniendo contactos periódicos, bien en Madrid o bien en Barcelona, para lograr alguna vía de acercamiento que evitase la ruptura entre los dos partidos.El resultado de toda esta serie de negociaciones ha culminado, en principio, con la victoria de Santiago Carrillo, ya que el PSUC va a incluir nuevamente la palabra eurocomunista en sus tesis, según manifestó ayer a EL PAIS su secretario general, Françesc Frutos. La operación, a la que muy posiblemente no sea ajeno el fracaso electoral de los comunistas franceses, va a desarrollarse de la siguiente manera: en la reunión que el comité ejecutivo de los comunistas catalanes tiene previsto celebrar el próximo viernes en la Ciudad Condal se va a adoptar la decisión de proponer la asunción del término eurocomunísta a los miembros del comité central, quienes debatirán esta cuestión en un pleno previsto para realizarse los próximos días 16 y 17 de mayo.

A partir de ese momento será la conferencia nacional del PSUC, que se celebrará en Barcelona, quien va a tener la última palabra sobre el tema, si bien es de esperar que la propuesta salga adelante, ya que ese es el talante que ha podido recogerse en la mayor parte de las agrupaciones comunistas de base de Cataluña.

Un aspecto que quiso dejar muy claró ayer Françesc Frutos es el de que la reincorporación del término eurocomunismo «no significa», fueron sus palabras textuales, «que el PSUC renuncie a enumerar lo que considera que significa dicha palabra, y nuestra concepción puede coincidir o no con la del PCE». De esta manera, si el desarrollo del eurocomunismo que el PCE apruebe en su congreso de julio no se corresponde exactamente con las actuaciones políticas que los comunistas catalanes entienden derivadas de la palabra eurocomunismo, resurgirán otra vez los problemas, cuya solución sólo podría pasar por dos fórmulas: la celebración de un congreso extraordinario en Cataluña o, si ni aún así lograran conciliarse ambas concepciones, se recurriría inevitablemente a la ruptura entre ambas formaciones políticas.

Autocrítica del PCE

Dejando al margen el tema del PSUC, que no figura en ningún punto del orden del día de las sesiones que está celebrando estos días en Madrid el Comité Central del PCE, y a las que Franjesc Frutos asiste en calidad de invitado, la jornada de ayer fue igualmente significativa para la situación interna del partido.Por la mañana se votó una enmienda defendida a última hora de la tarde del martes por el secretario general de los comunistas vascos, Roberto Lertxundi, en la que se pedía una mayor autocrítica del PCE por haber canalizado la atención de las acciones políticas hacia las instituciones -especialmente hacia el Parlamento- y haber disminuido su interés por el trabajo de las bases, así como por la falta de rotundidad manifestada, en opinión del ponente, para el acercamiento con el PSOE y la unidad de la izquierda. Esta enmienda fue derrotada, No obstante, Roberto Lertxundi comentó que en general las tesis, aprobadas por mayoría, le parecían muy buenas.

Posteriormente, el secretario de los comunistas vascos defendió otra enmienda (ésta a la comisión de estatutos) en la que proponía una estructura federal para el PCE, es decir, mantener un partido único, pero con competencias particulares para cada uno de los partidos comunistas nacionalistas y regionales, Nuevamente fue derrotada la enmienda, pero esta vez con veinticinco votos favorables.

Esta misma proporción de votos obtuvo la enmienda de Pilar Brabo, que defendía el derecho de las minorías a ser escuchadas por la totalidad del partido. Según esta propuesta, los militantes de base que no estuvieran de acuerdo con algún punto o con varios de la política desarrollada por el secretariado podrían tener derecho a defender y exponer su discrepancia, a través de la publicación de sus argumentos, en Mundo Obrero, órgano de Prensa oficial del PCE. Nicolás Sartorius se abstuvo en esta votación, pese a haber sido rebatida por el propio Santiago Carrillo, quien veía en la propuesta de Pilar Brabo una posibilidad de infiltración en el partido.

Las tesis aprobadas ayer por el Comité Central del PCE, y que servirán de base de discusión de cara al congreso de julio, fueron defendidas por Nicolás Sartorius. La comisión encargada de elaborarlas no admitió un buen número de enmiendas, «más de doscientas», según manifestó a EL PAIS uno de sus integrantes, procedentes de la vieja guardia del partido. La propuesta final de tesis fue aprobada por amplia mayoría.

En síntesis, representan una clara reafirmación del eurocomunismo y, en cuanto al debate sobre la actitud del PCE durante el período de la transición, cuestión ésta que ha recibido numerosas críticas por parte de los sectores más obreristas y de los intelectuales más críticos, se ha considerado correcta su actuación en un sentido general, aunque se señalaron diversos defectos puntuales en cuanto a la aplicación en la práctica de la línea política general.

En cuanto al posicionamiento en política internacional, se reafirma la postura de no alineamiento.

El gran rumor que corrió ayer por los pasillos de la sede madrileña del PCE, en la que se están celebrando las sesiones del comité central, fue el inminente abandono del partido de Ramón Tamames, a lo que él respondía siempre con un non comment, sin mostrar ningún énfasis en desmentirlo.

Tamames, que ha venido caracterizándose en los últimos meses por una crítica abierta al actual secretariado y a los postulados políticos todavía vigentes en el PCE, de lo que se denomina vieja guardia (los viejos militantes comunistas que provienen casi todos de la guerra civil), tiene presentada una enmienda a la comisión de estatutos, que probablemente defenderá hoy, sobre la limitación de la edad del secretario general del partido en 65 años. Carrillo ya ha cumplido los 63 años.

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