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Una subasta excepcional se desarrolló en Roma en la noche del viernes al sábado. Con la subasta, que fue retransmitida por televisión, se intentaba reunir el rescate exigido por los secuestradores de dos niños. A las doce de la noche del viernes empezó la recaudación de fondos, organizada por la emisora privada de televisión Tele-Reggione.

Detrás de los animadores, 82 cuadros y pequeñas obras de arte regaladas por los espectadores más generosos. Y detrás de los objetos subastados, Anna y Felice Incardona, un matrimonio de unos cincuenta años, con aspecto grave, y cuyas hijas. Silvia, de doce años de edad, y Micol, de nueve años, han sido secuestradas el pasado 12 de marzo en el pueblecito de Formello, en el Lacio.

Felice, de 49 años de edad, ingeniero informáfico, padre de las secuestradas, explica ante las cámaras, con voz entrecortada, que debe conseguir una «cantidad astronómica».

Después empieza la, subasta. Al principio las llamadas telefónicas escasean y se teme que el largo fin de semana del Primero de Mayo haya vaciado Roma. Pero, paulatinamente, las cosas se animan. Un pintor célebre, Mario Russo, pide salir en pantalla para regalar a continuación un cuadro ante los aplausos de los invitados a la «función». Otro pintor conocido., Renato Guttoso, hará lo mismo. Detrás de sus padres. Francesca, de diecisiete años, única de las tres hermanas Incardona que se salvó del secuestro, va llevando las cuentas de la recaudación. La subasta, interrumpida a las tres de la madrugada, se reanudará mañana.