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Nuevos y significativos cambios en el Buró Político del partido comunista polaco

Después de una reunión de veinte horas, el décimo pleno del Comité Central del Partido Obrero Unificado Polaco (POUP, comunista) aprobó nuevas modificaciones en el órgano más alto del partido, el Buró Político, y las discusiones muestran que la crisis polaca tiene actualmente en el seno del partido comunista su centro de gravedad.

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Los cambios personales en el Buró Político no fueron excesivamente espectaculares, pero son significativos. Perdieron su puesto el desafortunado ex primer ministro Jozef Pinkowski, que gobernó apenas medio año, desde la crisis de agosto a la de enero, y con su estilo de gobierno en cada negociación con los sindicatos independientes llevó al país al borde de la catástrofe.También cesó el suplente del Buró Político y secretario del Comité Central, Emil Wojtaszek, que había ocupado antes la cartera de Asuntos Exteriores. Wojtaszek estaba considerado un duro, y últimamente había aparecido con frecuencia al lado del grupo llamado «cemento», por su dureza, Stefan Olzowski y Tadeusz Grabski.

El cese de Jerzy Wojtecki como secretario del Comité Central, que permanece como ministro de Agricultura, se debe a la nueva tendencia a evitar la acumulación de cargos. En el Buró Político entraron dos trabajadores, o al menos dos representantes de empresas, el minero Gerard Gabrys y el obrero especializado de la fábrica de tractores Ursus en las cercanías de Varsovia Zygmunt Wronski.

La entrada de estos representantes directos de las bases, recomendada por el primer secretario, Stanislaw Kania, es un exponente de las tensiones dentro del partido comunista polaco entre las organizaciones de fábrica del partido y el aparato. Los secretarios del partido en las fábricas son los que se encuentran sometidos más fuertemente a las exigencias de las bases, que en los años pasados fueron completamente ignoradas por el aparato.

La medida de dar entrada a «dos obreros» se considera como un paso de gran importancia, lo que no deja de ser una ironía en país donde, teóricamente al menos, la clase trabajadora tomó el poder hace casi 37 años.

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Protesta de las bases

Al comienzo el miércoles, en Varsovia, de la reunión del décimo pleno del Comité Central se discutió la propuesta de la organización comunista de Torun de enviar observadores a la reunión del pleno. El Buró Político se opuso a esta pretensión y los observadores no pudieron asistir: 349 se mantuvieron reunidos permanentemente en la sede de la organización de periodistas.Al mismo tiempo, en las fábricas de Torun hubo una especie de «servicio de guardia» de las organizaciones del partido comunista en veinticuatro fábricas de la ciudad, donde se protestó contra la no admisión de observadores en el pleno. En Torun se celebró, a mediados de abril, la ya célebre conferencia de bases comunistas partidarias de una profunda renovación, y fue en esa ciudad donde el secretario de fábrica Zbigniew Ivanow inició una organización paralela de comunistas y fue excluido del partido a fines del año pasado y reelegido posteriormente.

El primer secretario, Kania, en su discurso ante el pleno, habló positivamente sobre las iniciativas de la base y saludó los intentos de desarrollar proyectos, pero advirtió contra el peligro de la formación de fracciones dentro del partido.

Los duros del partido ven en las «estructuras horizontales» un peligro contra el principio del «centralismo democrático». Ante el décimo pleno en Varsovia, el viceprimer ministro del ala «renovadora» Mieczyslaw Rakowski dijo que no se deben rechazar de forma general las estructuras horizontales y recalcó que entre la base del partido y la dirección se había establecido una barrera.

Genoveva Maciejewski, del Comité Central, pidió al pleno una toma de postura y dijo que las estructuras horizontales eran el resultado de la falta de resolución de la dirección y de la pérdida de confianza en el Comité Central y en el Buró Político.

Las acusaciones de los miembros del Comité Central aludían claramente al grupo de los duros. En su intervención ante el pleno, Olzowski dijo que Polonia se encuentra en una crisis peligrosa y «nosotros tenemos que superar la crisis solos».

Grabski y Olzowski conservaron sus puestos en el Buró Político y secretariado, lo que se considera muy importante, porque su salida podría despertar todavía más la desconfianza de los «partidos hermanos».

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