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Una avioneta se estrelló en el puerto de Santa Cruz de Tenerife

Tres hombres muertos y dos mujeres heridas, cuyo estado de salud carece de gravedad, es el trágico balance de un accidente de aviación ocurrido el pasado domingo en Santa Cruz de Tenerife. Entre los fallecidos figura un hermano del senador y presidente provincial de UCD, Alfonso Soriano, el cual pensaba contraer matrimonio el próximo mes con una de las supervivientes.

Las cinco personas realizaban, a bordo de una avioneta, un viaje de recreo desde la isla de Fuerteventura hasta la de Tenerife, para despedir el puente de Semana Santa, y cuando se encontraban a pocos minutos del aeropuerto de Los Rodeos, donde debía aterrizar, el aparato dio muestras de inestabilidad y acabó precipitándose sobre el mar, en la nueva dársena comercial del puerto de la capital tinerfeña.La avioneta había sobrevolado defectuosamente instantes antes sobre la ciudad, y el piloto, un joven pero experto aviador, hizo una operación de emergencia para tomar tierra en una explanada próxima. Según se ha deducido, un ala de la nave debió rozar la superficie, y el piloto, sin otra alternativa, optó por el amerizaje con grandes dificultades.

Las causas del accidente aún no han podido ser descubiertas. Una de las dos únicas personas que salvaron sus vidas comentó en los primeros momentos que había oído hablar de falta de combustible. La avioneta, según el plan de vuelo, tenía una autonomía de cuatro horas (entre las dos islas citadas sólo se invierte una). Cabe, por tanto, la posibilidad de que se produjera una avería.

El piloto, Candelario Rodríguez Cruz, de veintiséis años de edad, era la persona que mejor conocía este aparato, una Tobago matrícula EC-DMT, de fabricación francesa, que había sido adquirida recientemente por la Escuela de Deporte Aéreo de Tenerife. El mismo la había elegido y viajó en ella por primera vez, en compañía de un piloto de la casa fabricante, durante su traslado a la isla. Uno de sus mejores amigos, Sergio Herrera, también piloto, destacó su serenidad y talento para la aviación. «Hizo lo único que podía. Intentó salvar el aparato y las vidas de las personas, pero algo falló», señaló

Pertenecía a una familia modesta y había hecho un gran sacrificio para finalizar sus estudios, con la calificación IFR, para vuelos sin visibilidad. Pensaba presentarse a unas próximas oposiciones de pilotos para la compañía Iberia.

Eran las 16.30 horas y un coche patrulla de la Policía Municipal advirtió las raras maniobras de la avioneta sobre la capital. Precisamente uno de los agentes, Jaime Darias, y dos pescadores que se encontraban en el lugar, Manuel García Casquero,y Francisco Aguiar, no dudaron en tirarse al agua para rescatar a las dos mujeres, hermanas, Elena y Pía Fernández de Caleya. «Estaban heridas, pero podían nadar; las otras tres personas, sin que lo pudiéramos evitar, se fueron al fondo dentro de la avioneta.

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