La competencia ruso-americana en el espacio
( ... ) Es aquí donde se mide el espíritu de iniciativa y de audacia de los americanos. Después de veinte o treinta años de investigaciones y de experimentos, la técnica de los cohetes estaba a punto. Pero se desvían de ellos por una multiplicidad de ingenios espaciales soldados juntos, que constituyen un modo revolucionario de transporte espacial. Es una nueva aventura, un desafío tecnológico, una apuesta formidable. (...)En la competencia espacial ruso-americana, los rusos, a menudo, han tenido la delantera. Su actividad en el espacio se ha desarrollado de una forma muy regular. Con unas pausas muy prolongadas en sus lanzamientos, los esfuerzos de los americanos aparecen más esporádicos. Pero el reiniciar sus vuelos y proceder de un solo golpe, o casi, con 48 horas de retraso, sin otro ensayo que la simulación, al lanzamiento de la nave espacial Columbia, se arrojan de nuevo, a los doce años del desembarco en la Luna, a un juego del todo o nada en que comprometen todos sus recursos. En esta divergencia notable de las concepciones soviéticas y americanas, la averitura científica y técnica se dobla en una competencia de prestigio político.
Científica, técnica, política. Si la nave espacial cumple su promesa, el mundo entrará en una era industrial y comercial nueva. Con un dominio creciente de los satélites y una capacidad de acción sobre ellos, a la vez positiva y negativa -lanzarlos, observarlos o destruirlos-, esta dominación industrial será a la vez una dominación estratégica. En nuestros días no hay promesa que no sea al mismo tiempo una amenaza.
, 13 de abril
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