Inminente desconvocatoria de los paros de Semana Santa en la hostelería sevillana
La desconvocatoria de la huelga de hostelería de la provincia de Sevilla, que parecía inminente en la tarde de ayer, quedó en entredicho a última hora de la jornada, tras negarse las trabajadores a ratificar un acuerdo obtenido sobre el convenio colectivo del sector. Los trabajadores exigían la puesta en libertad de los detenidos a consecuencia del paro como condición previa para la aceptación del acuerdo.
El convenio, que fue aprobado por la asamblea de trabajadores a última hora de la tarde, estipula un aumento salarial medio del 15%, la subida de la paga de beneficios desde diecisiete a veinte días de salario y la semana laboral de 41 horas a partir del 1 de enero de 1983. No obstante, el aspecto probablemente más significativo de lo pactado es la duración misma del convenio: veinte meses, lo que sitúa la próxima negociación a finales de 1982, en fechas no inmediatas al Mundial de fútbol ni a la Semana Santa, tal y como han venido propugnando los empresarios. La patronal, por su parte, ha tenido que aceptar la firma de un solo acuerdo válido para todo el sector, que era la reivindicación básica de las centrales sindicales.El acuerdo fue posible durante la reunión celebrada a primera hora de la tarde en el Gobierno Civil de la provincia entre los máximos dirigentes de la Confederación Empresarial Sevillana, Unión General de Trabajadores y Comisiones Obreras, actuando como mediadores el propio gobernador, el presidente de la Diputación y el alcalde de la capital, que ha tenido un protagonismo importante como mediador para que las negociaciones pudiesen comenzar por fin el pasado sábado.
Previamente a la firma del acuerdo, la ciudad sufrió desde las siete de la mañana del domingo las consecuencias de una huelga, que afectó a la práctica totalidad de los hoteles y a un número difícilmente calculable, aunque menor, de bares, cafeterías y tabernas. Según las agencias de viajes, se habían recibido ya numerosas llamadas de turistas nacionales y extranjeros anulando algunas reservas y, sobre todo, solicitando información sobre la posible incidencia del conflicto a partir de hoy y mañana, que es cuando está prevista la mayor afluencia de visitantes. Muchos establecimientos habían podido funcionar a duras penas gracias al trabajo de los familiares de los propietarios y, en el caso de algunos hoteles, con personal de la misma cadena procedente de otras provincias.
En el capítulo de orden público, hay que registrar el número inhabitual de detenciones producidas, que varía según las fuentes consultadas, pero que, en todo caso, no ha sido inferior a los sesenta. De acuerdo con los sindicatos, algunas de estas detenciones han afectado a trabajadores que no formaban parte de piquetes de ninguna clase y que se limitaba a llevar pegatinas favorables a la huelga convocada en el sector.
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