Roban oro y joyas por valor de 100 millones en León
Alrededor de cien millones de pesetas en joyas y lingotes de oro fueron robados el domingo en el domicilio de un joyero de León por cuatro personas encapuchadas que ataron y amordazaron a los ocupantes de la casa y se dieron posteriormente a la fuga sin que hayan podido ser identificados por la policía. Esta no fue advertida del robo, que ocurrió a las dos de la tarde, hasta casi una horas después.
Según fuentes policiales, a esa hora un joven se presentó en el domicilio del joyero Camino Rodríguez Topazo, en el número 12 de la calle del Alcázar de Toledo, con una bandeja de pasteles que presentó como un encargo pedido momentos antes a una confitería próxima. Aunque los dueños de la casa negaron este extremo, el joven pudo traspasar el umbral, momento en que aparecieron otras tres personas, todas ellas encapuchadas, que amenazaron con dos pistolas a los que en aquel momento se encontraban en el interior (dos matrimonios y tres niños de seis a diez años, todos los cuales fueron atados de pies y manos y amordazados con esparadrapo).Dos de los ladrones se dirigieron entonces a la caja fuerte, que se encontraba abierta, para apoderarse de cinco muestrarios de joyas guardados en otras tantas maletas, así como con piezas sueltas de propiedad particular de la familia. Antes de marcharse, los ladrones advirtieron que nadie debía llamar a la policía antes de media hora y amenazaron con represalias si no se cumplía la orden.
Durante la tarde del domingo, la policía montó varios controles de carretera en los accesos a León, que no dieron resultado alguno. Los controles fueron sustituidos ayer por «equipos móviles». Según las mismas fuentes, la actuación policial se ha visto notablemente afectada en su eficacia por el retraso con que se comunicó el robo. Se señala también que ninguno de los cuatro asaltantes ha podido ser identificado, y que todos ellos, junto con otros posibles cómplices, podrían encontrarse todavía dentro de la ciudad.
La forma y circunstancias que rodean al robo han hecho pensar al la policía que sus autores conocían con cierto detalle las actividades y domicilio del joyero, ya que la casa hacía también las veces de oficina para la compra-venta al por mayor de este tipo de objetos. Los ladrones, sin embargo, se mostraron nerviosos durante el asalto, según el testimonio de las víctimas. Las joyas no estaban aseguradas.
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