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Fuerzas antidisturbios impidieron que el escándalo fuese más grave

Fuerzas antidisturbios y numerosos efectivos de la Policía Nacional impidieron el domingo que el escándalo del Manzanares pasase a cotas de más gravedad. Grupos de hinchas rojiblancos aguardaron durante horas, en las diferentes puertas de salida del estadio al árbitro; una parte de las vallas del campo fue arrancada materialmente y hubo numerosas escenas de histerismo. El autocar del Zaragoza fue apedreado, el árbitro se marchó bajo fuerte protección policial, y presidente, directivos, técnicos y jugadores del Atlético realizaron graves denuncias. Arteche dijo que «ya funciona la mafia».

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Los gestos irascibles en el palco del presidente Cabeza y de directivos rojiblancos prácticamente comenzaron al mismo tiempo que las entradas de Casajús a Marcos. Cabeza se marchó a los diez minutos del segundo tiempo, y aunque ciertamente había quedado en acudir a Barajas a recibir al equipo de balonmano, su salida del palco -al que volvía legalmente tras su sanción- fue espectacular, con un golpe en la barandilla de apoyo, las manos en la cabeza y ostensibles muestras de disgusto. Cabeza permaneció varios minutos en el bar, y tuvo tiempo para iniciar sus manifestaciones: «Si quieren que el equipo sea campeón por decreto, que lo publiquen en el BOE. Esto es una tomadura de pelo y una vergüenza, y ustedes, los periodistas, deben decirlo. No se pueden consentir atracos a mano armada, y además en nuestro propio campo».La frase de Cabeza

El presidente atlético, con el paso de las horas, aumentó la dureza de sus frases: «Voy a quedarme para desenmascarar toda la porquería que rodea al fútbol español. Ha sido una encerrona en casa. Plaza es el tío más cara del fútbol y este árbitro tenía leída la cartilla. Esto es una conspiración, la venganza de don Mendo, como pedirnos ahora cinco millones de unos terrenos por error. La Federación está mangoneada por unos señores del Madrid: Paunero, Domínguez, Gil de la Serna, Castañeda y Plaza». Frase similar había dicho el presidente del Barcelona, José Luis Núñez, el viernes pasado a escasos metros del despacho presidencial de la Federación y en presencia física de Pablo Porta.

En el palco se produjo también un incidente entre el directivo Mairata y el representante del Atlético en la Federación, Pérez Plá: Al parecer, Mairata tuvo una frase despectiva hacia la Federación, y Pérez Plá le dijo algo así como subnormal.

Agresión en los vestuarios

Al entrar a vestuarios, uno de los jueces de línea recibió un golpe en los testículos, hecho sobre el que EL PAIS conoció dos versiones. Una de ellas apuntaba a una agresión, y la segunda a un golpe accidental producido en momentos de confusión por un propio policía de paisano, que intentaba protegerle del lanzamiento de objetos.

Por supuesto, las declaraciones de las personas allegadas al Atlético fueron muy fuertes. Héctor Núñez, quizá el hombre más sereno, manifestó que «lo de esta tarde es un día triste para el fútbol español, para el deporte». Arteche se mostró durísimo: «Ya empieza a funcionar la mafia. En cuanto un equipo huele o aspira al título, no hay nada que hacer. Hace dos años se le robó la Liga al Spórting, el anterior a la Real Sociedad, y hoy todo el mundo lo ha visto. ¡Y tenéis que decirlo!». Hubo llantos en el vestuario rojiblanco y García Traid, entrenador, con los ojos encendidos y la cara descompuesta, señaló que «no acierto a explicarme qué pasa en el fútbol español. El árbitro puede ser empleado de Plaza, pero debe tener conciencia. La Liga la ganará el Madrid». Marcos y Robi, los expulsados, no entendían la actitud del árbitro. El primero decía: «Me han dado cuatro puntos de sutura y he sido yo el expulsado».

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