Sánchez Montero alerta sobre la creación de una gran derecha apoyada por Calvo Sotelo
El actual número dos del Partido Comunista de España (PCE), Simón Sánchez Montero, alertó ayer, durante un mitin informativo celebrado en la Casa de Campo de Madrid, sobre la muy probable creación de una gran derecha española, que estaría apoyada por el actual presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo, «algunos ministros», una parte de UCD, la gran banca y, finalmente, un sector de las Fuerzas Armadas. Esta fuerza política seguiría aplicando -en su opinión- la política reaccionaria que se sigue en estos momentos.
Algo más de medio millar de militantes comunistas se congregaron en la Casa de Campo madrileña para escuchar las explicaciones de Simón Sánchez Montero sobre la actual situación política generada tras el intento de golpe de Estado del 23 de febrero y, especialmente, las justificaciones de las últimas acciones políticas del PCE.Sánchez Montero hablaba fundamentalmente para aquellos miembros del PCE que han criticado el apoyo comunista a la ley de Defensa de la Constitución y a la decisión del Gobierno de implicar al Ejército en la lucha contra el terrorismo del País Vasco. «Nosotros», dijo, «no somos partidarios, ni lo hemos sido nunca, de la intervención de las Fuerzas Armadas en la lucha antiterrorista. Sin embargo, aquí han pasado cosas extrañas: dos días antes del asesinato de los dos tenientes coroneles en el País Vasco, tanto el ministro de Defensa como el de Interior declaraban públicamente no ser partidarios de una medida como esa. Dos días después hacían lo contrario».
«¿Qué podíamos hacer nosotros», se preguntó Sánchez Montero, «si tenemos en cuenta que fue el Rey y un conjunto de militares de alta graduación quienes hicieron fracasar el golpe de Estado, si una parte de la sociedad española no iba a comprender nuestra negativa, ya que son muchos los españoles que desean que se termine con el terrorismo sea como sea?». Para el dirigente comunista, estos dos factores, unidos a los espectaculares éxitos conseguidos en los últimos días en la lucha contra el terrorismo, fueron los que motivaron su decisión de apoyar la propuesta del Gobierno de implicar al Ejército en la erradicación del terrorismo.
El Gobierno de Leopoldo Calvo Sotelo -en opinión de Sánchez Montero- está siguiendo la estrategia de plantear hechos consumados para chantajear a la izquierda y obligarla a que ceda ante todos sus planteamientos, o bien para obligarla a adoptar actitudes extremistas, «que podrían ser muy graves y que nos podrían enemistar con un sector muy importante de las Fuerzas Armadas». La actuación del PCE es, pues, «muy difícil, porque no podemos hacer política sobre abstracciones, sino sobre hechos concretos., y la alternativa es realmente complicada».
De todas maneras, Simón Sánchez Montero matizó su oposición a la intervención del Ejército en la lucha antiterrorista, al reconocer que muchos miembros de Herri Batasuna «han salido zumbando» que ETA Político-militar ha abandonado la lucha armada y que en los últimos días se han conseguido importantes éxitos policiales. «El verdadero peligro», señaló, «es ver hasta qué punto se mantiene el protagonismo del Ejército. Ya veremos, el tiempo dirá». Asimismo, Sánchez Montero anunció que los socialistas son, en estos momentos, «menos reacios a asociar al Ejército con la lucha antiterrorista». También dijo que el pasado lunes el PCE le hizo una proposición al PSOE para realizar en Madrid una gran manifestación contra el terrorismo y hacer participar al pueblo en el rechazo de las violencias. «Por distintas razones», manifestó, «ni UCD ni el PSOE aceptaron nuestra propuesta. Pero nosotros insistiremos, y aunque no consigamos una manifestación, sí tenemos que hacer una acción conjunta en toda España».
Finalmente, Sánchez Montero criticó abiertamente «el infantilismo de algunos», que todavía rechazan la bandera nacional como bandera de todos los españoles: «Si no entendemos eso es que no hemos entendido nada, y me consta que en el mitin de la plaza Mayor que nosotros convocamos después del intento de golpe de Estado hubo algunos camaradas que querían la presencia de las banderas españolas».
