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Francisca Sauquillo, candidata a defensora de los derechos Cívicos de los madrileños

Francisca Sauquillo, madrileña de 37 años de edad, abogada, casada y madre de dos hijos, puede llegar a ser esa persona, intermediaria entre la Administración local y sus administrados, a la que se pueda denunciar la arbitrariedad de un concejal en una determinada actuación, conseguir que se ordene la clausura de esa lavandería abierta extrañamente y que nos puede volver locas por el ruido o evitar que paguemos una multa injustamente impuesta.

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Puede que a veces ni consiga ni éstos ni otros muchos objetivos, pero habrá alguien -puede que haya- al que recurrir y contar las injusticias «que nos hace este Ayuntamiento y al que tanto dinero pagarnos». Se trata de dar cuerpo a una experiencia ya ensayada con resultados positivos en otras ciudades, conocida como el ombudsman o el defensor de los intereses ciudadanos.Hace poco más de un mes que el segundo teniente de alcalde, Alonso Puerta, hablaba acerca de la necesidad de crear un ombudsman (defensor cívico) local en el Ayuntamiento de Madrid y añadía que la persona idónea para desempeñar ese papel era Francisca Sauquillo, una mujer con gran popularidad y prestigio, candidata por la Organización Revolucionaria de los Trabajadores (ORT) a la alcaldía de Madrid durante las pasadas elecciones municipales.

«Antes de contestar a la propuesta de Alonso Puerta», explica Francisca Sauquíllo, «habría que estudiar muy en serio si la creación del. ombudsman local es necesaria. Yo, personalmente, me atrevería a afirmar que sí, porque existen evidentes problemas de injusto administrativo y de indefensión de los ciudadanos. A veces se da un notable desamparo entre la gente porque no sabe cómo defenderse ante una posible injusticia administrativa municipal o dónde reclamar y ser atendido».

«Luego, para que esta figura sea operativa y el ombudsman no se reluzca a un simple buzón de quejas», prosigue, «hay que arbitrar un instrumento jurídico adecuado y establecer muy claramente las competencias que se le atribuyan, porque se puede entrar en las competencias de determinados funcionarios o de los concejales. También tendría que quedar bien claro, de cara al movimiento ciudadano, que no se trata de una interferencia en su labor, sino que el defensor de los derechos cívicos centra su actuación en la defensa de los derechos individuales».

Para Francisca Sauquillo, los fines del ombudsman irían hacia un control efectivo de la actuación administrativa y protección de los derechos individuales a instancia del ciudadano afectado. «Pienso que los temas que esta figura tendría que resolver serían todos aquellos en los que cualquier persona considera que el Ayuntamiento se comporta injustamente con él. Por ejemplo, caso como que a alguien no le den una licencia de apertura de un determinado local y él considere que tiene todo el derecho del mundo. O que se imponga una multa por inadecuado estacionamiento, cuando el multado asegura que en ningún momento ha merecido tal sanción. En casos semejantes entraría la actuación del defensor municipal. Y para ello, en sus competencias tiene que quedar claro el acceso a todo tipo de expedientes, ya que, de lo contrario, la actuación sería imposible.

"Habria muchas reclamaciones"

Francisca Sauquillo dice que el cargo sería de gran responsabilidad, porque habría muchas reclamaciones y excesivos problemas y que tendría que pensar muy seriamente en el caso de que se lo propusieran de una manera formal, ya que hasta el momento solamente ha mantenido conversaciones informales con Alonso Puerta.«Pese a todas las dificultades, el tema me atrae, porque me gusta ayudar directamente, pero me supondría una renuncia profesional, ya que tendría que dejar el despacho laborista, y una renuncia política, ya que, lógicamente, se exige la neutralidad política. Tendría que valorar todo esto y ver si tengo capacidad suficiente, porque el trabajo sería mucho».

A Paca Sauquillo le preocupa el hecho de que el grupo ucedista pueda mostrarse excesivamente reticente a que ella ocupara ese puesto. «Yo pediría el consenso de todos los grupos en el caso de que esto prosperara y yo me decidiera a aceptar. No tiene mucho sentido que se empezaran a plantear guerras dentro de la Corporación por esa cuestión. Por eso creo que es imprescindible que mi entrada fuera negociada con los tres grupos. De UCD, solamente he leído en un periódico unas declaraciones de su portavoz municipal, José María Alvarez del Manzano, en las que decía que no veía la necesidad de que se creara esta figura, pero creo que habría que hablar más adelante».

La idoneidad de Francisca Sauquillo para desempeñar este puesto reside, en su opinión, en que tiene una clara trayectoria de defensa de los intereses ciudadanos. La ex candidata a la alcaldía de Madrid reúne a la vez el ser una persona de valía reconocida en sectores de izquierda y cuya imagen de señora de familia bien, casada y con dos hijos, cristiana y maoísta, no asusta a los más conservadores.

Su trabajo diario, al margen de las actividades específicas del despacho laboralista, consiste en asesorar a las asociaciones de vecinos de Vallecas en la remodelación del barrio y el realojamiento de 12.000 familias o con la asociación de la calle de General Ricardos. Continúa vinculada a la Federación Provincial de Asociaciones de Vecinos (FPAV) y asistiendo diariamente a CIDUR (Centro de Investigación y Documentación Urbana y Rural). Por si fuera poco, todavía saca tiempo para colaborar en campañas feministas. «Me preocupa no tener tiempo para leer las pilas de libros que tengo pendientes o para estar con mi marido y los niños, pero no es tan agobiante, porque si lo intentas, al final tienes tiempo para todo».

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