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El distrito Centro, la zona más vieja de la ciudad

El distrito Centro, el que con más pasado histórico cuenta de cuantos conforman hoy Madrid, es, posiblemente por esa misma razón, el que, en líneas generales, sufre con mayor intensidad una situación de vejez. A la avanzada edad de la mayoría de sus habitantes hay que sumarle el deterioro creciente de sus viviendas y la pérdida de población que, ininterrumpidamente desde hace veinticinco años, se produce.

El centro de todas las ciudades se ha caracterizado, en multitud de casos, por su utilización, en buena parte, como gran centro de negocio: las viviendas van siendo paulatinamente abandonadas por sus habitantes para pasar a ser ocupadas por oficinas. Es el fenómeno de la terciarización del centro de las ciudades, que en el caso de Madrid se hace más patente que en otras latitudes: entre 1970 y 1980 se estima que aproximadamente un 15 % de las viviendas existentes en el distrito Centro han dejado de ser destinadas a la habitación para convertirse en oficinas.Pero posiblemente sea el deterioro de los edificios que conforman el distrito lo que primero le produzca al visitante la impresión de que se encuentra en una zona vieja de la ciudad. Al entrar en esta consideración hay que tener en cuenta un primer detalle: el distrito Centro actual coincide sustancial mente con lo que en 1656 -cuando Texeira dibujó su célebre plano- era toda la ciudad de Madrid y que no empezó a crecer de forma notable hasta mediados del siglo XIX.

Esto lleva a la conclusión de que la mayoría de los edificios hoy existentes en ese distrito fueron construidos entre los siglos XVIII y XIX, lo que equivale a hablar de unos datos estadísticos bien elocuentes: el 17,9% tiene una superficie inferior a los treinta metros cuadrados, el 4,07% carece de agua corriente, y el 9,49% no tiene retrete propio. Es decir, el 20% de las viviendas del distrito -unas 15.000- habrían de ser consideradas infraviviendas, habida cuenta de que no reúnen unas condiciones mínimas para ser habitadas por seres humanos.

Un barrio de viejos

Y junto a las casas viejas, los hombres y mujeres viejos. La emigración paulatina de los jóvenes que aún habitaban el distrito comenzó hace veinticinco años. El distrito Centro tenía hace esos años ,un 45 % más de población que ahora, y el proceso de disminución del número de habitantes se produce a un ritmo cercano a los 7.000 cada año.

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Las soluciones que el Ayuntamiento se propone acometer en los dos años que todavía quedan antes de que se celebren unas nuevas elecciones municipales supondrían una inversión de mil millones de pesetas,- con lo que se intentaría aumentar su capacidad para realizar reparaciones en los edificios no acometidas por sus propietarios, avalar líneas de crédito para que los inquilinos puedan comprar las casas en que viven antes de que se conviertan en oficinas, realizar rehabilitaciones puntuales de edificios y ofrecer posibilidades de realojo a las familias que se vieran afectadas por los casos de ruina que puedan producirse.

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