_
_
_
_

El Barcelona acusó el trauma Quini

El Atlético-Barcelona era un encuentro adulterado por la ausencia de Quin¡ y por el desarrollo del juego. Hay que convenir que la ausencia forzada del centro delantero barcelonista modificó sustancialmente la actuación de su equipo. El Barcelona, que no mereció la derrota, acabó por acusar el trauma del secuestro. Hacia el final, los azulgranas tuvieron en sus piernas la torpeza de quien psicológicamente se siente casi incapaz de coordinar sus movimientos. El Barcelona, que hizo méritos para alcanzar, al menos, el empate, perdió porque en ningún momento tuvo la serenidad suficiente para imponerse en el área de Navarro.Durante el partido, probablemente, los contendientes se olvidaron de Quin¡, pero fueron suficientes los nervios de días anteriores para que eljuego resultara extraño. El Barcelona no se movió con la soltura de los últimos domingos. Salió a todo gas, dispuesto a soltar en sus carreras la presión a la que había estado sometido. Y, pese a los marcajes férreos, fueron los visitantes quienes se marcharon hacia adelante con más facilidad. Estella se le perdió a Quique por la banda de la tribuna en numerosas ocasiones, Martínez superó a Robi, y aunque Schuster estuvo muy vigilado por Ruiz y mantuvo con él una pelea no muy ortodoxa, el Barcelona se adueñó del centro del campo y empujó con más fuerza.

El Atlético se mantuvo firme, porque Balbino y Arteche, como pudieron, cortaron en seco las penetraciones de Ramírez; Julio Alberto sólo dejó jugar a Simonsen a ráfagas; Esteban cambió a Sierra de demarcación, y en el constante toma y daca, Marcos le ganó la partida a Zuviría en los avances, pero éste se tomó cumplida revancha de cara al área de Navarro y se convirtió en varias ocasiones en un delantero más.

El Barcelona se entregó desde el comienzo en cuerpo y alma. Ni un solo hombre flaqueó, pero no tuvo la lucidez necesaria para dominar al contrario en los metros decisivos. Atléticos y barcelonistas, por diferentes motivos, salieron al terreno de juego más rabiosos de lo que es habitual, y ello se tradujo en un juego viril siempre y exbesivamente duro en ciertos momentos. El árbitro de¡ encuentro, Sánchez Arminio, estuvo a punto de perder los papeles por dejar hacer más de la cuenta. El encuentro amenazó con caer en una continua serie de brusquedades.

En un partido de tantas y peculiares circunstancias anómalas se produjo menos fútbol del esperado, pero se vivió emocionalmente por encima de lo que en realidad sucedió. El encuentro tuvo, hasta el último minuto, una gran vibración; pero curiosamente las porterías pasaron por muy escasas situaciones de peligro de gol. Además del gol de Marcos, el Atlético dispuso de dos ocasiones; en la primera no alcanzó a rematar Ruiz y en la segunda este mismo jugador no supo dirigir la pelota hacia la meta. Hubo unajugada conflictiva en el área barcelonista, con derribo de Rubio, y a dos minutos de¡ final Artola tuvo que salir a despejar con el pie hasta su línea media, porque el atlético, acorralado, envió un pase largo hacia Rubén Cano. El Barcelona estuvo a punto de marcar antes de la media hora, pero el remate de cabeza de Ramirez lo sacó casi desde la raya, ta:mbién con la cabeza, Balbino. En el haber azulgrana solamente se pudo anotar un diabólico disparo de Schuster desde fuera del área y el derribo de Simonsen, que para mí fue penalti.

Un encuentro que se vivió con el corazón encogido, únicamente proporcionó dos momentos de lucimiento para los guardametas. Navarro y Artola fueron casi figuras decorativas. Futbolísticamente, el partido pasará por ser el gran acontecimiento del año, pero más por lo que se jugaban ambos conteridientes que por lo que en realidad realizaron sobre el césped. Futbolísticamente, el encuentro tiró más a decepcionante, pero mereció la pena verlo.

El Atlético hizo un magnífico derroche de energías, de sacrificio por mantener la victoria y de fe en el triunfo. Eso le salvó. El Barcelona no puso menos interés, pero le fallaron hombres básicos, como Schuster. Martínez, Estella, Olmo, mientras jugó, y Alexanco mantuvieron el tipo con más regularidad. En el Atlético hubo festival Marcos, y Robi también alcanzó notable.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_