_
_
_
_

"Los nuevos románticos" ingleses quieren ocupar el trono de los "punks"

Andrés Ortega

«Los nuevos románticos». O el nuevo movimiento. Hasta que no pase el tiempo será imposible asignarle un nombre a los nuevos dandis ingleses, los sucesores de los mods, los que quieren acaparar la estética del futuro, los muchachos de la gloria, los glory boys... Son gente irreal, en cierto modo vacía, que se disfraza en la noche para unas reuniones selectas en ciertas discotecas de la vida nocturna de Lóndres. Representan, en cierto modo, una reacción contra el movimiento punk, pero sus artistas favoritos siguen siendo David Bowie y Roxy Music.

Más información
Pelo largo, pelo corto

Los clubes londinenses se convierten en plataformas para experimentos en apariencias. Las reuniones son privadas y varían de local según el día de la semana (The Kilt, Planets, The Beat Route, Studio 21, Saint Moritz ... ), y para entrar en ellas hay que hacer un esfuerzo por tener una apariencia rara, en general basada en las modas del siglo XIX, pero con saltos a las faldas de 1745 o a la Revolución Francesa. ¿Nuevos románticos?, sí, pero únicamente «por la manera como nos vestimos», declaró a EL PAIS Mark X, pinchadiscos de los domingos en la discoteca Saint Moritz.Este movimiento comenzó en 1978, y aún se mantiene y se mantendrá, si no desaparece, a un nivel minoritario, integrado por estudiantes de arte y modistas algunos trabajadores los más. La ropa es cara y para comprarla hay que trabajar, de peluquero o albañil (y de ahí una doble vida, que no tiene el auténtico punk en paro), o alquilarla, dejando una pequeña fianza que nunca se recuperará al no devolver los trajes.

Con sus maquillajes rebuscados quieren ser extravagantes, outrageous, son gente de moda que quieren un «cambio continuo» y no uniformes, trotskistas noctámbulos del vestir.

La música es fundamental, la música de los ya señalados o de grupos como Spandau Ballet, Visage, Human League, Ultravox, Japan, Yellow Magic Orchestra, Classie Nouveaus, Fad Gadget y otros. Los nuevos románticos se llevan su propia música a sus discotecas, pero lo más importante son las actuaciones de sus grupos. Spandau Ballet sólo avisa a los iniciados del local donde va a tocar, forzando el acontecimiento, pues «si se está mirando y escuchando pasivamente a un grupo, uno se convierte en un consumidor, es decir, en un decadente». Esta música viene muy influenciada por el soul y por los grupos europeos electrónicos. La música se convierte en la antecámara de la moda, indica Steve Strange, de Visage, casi más célebre por su forma de vestir que por su música, quien rechaza el rock como fuerza social.

El nuevo movimiento no habla de política, aunque algún miembro del Spandau Ballet pertenezca al Partido Comunista británico o a otras formaciones políticas. Como dice el más viejo de este grupo, Steve Dagger, de veintitrés años de edad, «no se puede cambiar el mundo con un disco... Si quieres hacer algo sobre el paro, métete en el Partido Laborista, conviértete en un activista político..., pero no escribas canciones sobre ello. Las canciones son un acto de arte, no de política».

La gran, pequena , masa de los nuevos románticos, rondando los veintiún años de edad, no toma drogas duras, aunque sí, a veces, barbitúricos. Son gente vacía, y suele resultar difícil hablar con ellos. Rechazan a los periodistas, pero les encanta que se hable de ellos.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_