El Gobierno estudia repercutir los impuestos del automóvil sobre el consumo de carburantes

El Gobierno estaría estudiando una revolucionaria modificación de la estructura de precios de los productos petrolíferos que, de aprobarse en Consejo de Ministros, implicaría una fuerte subida de los precios de las gasolinas y los gasóleos de automoción para compensar a Hacienda por la pérdida de ingresos que supusiera una eventual reducción de los impuestos y gravámenes del automóvil, según ha podido saber EL PAIS de fuentes sectoriales.

El plan, que parece ser una propuesta de estudio por parte del Ministerio de Industria, estaría destinada a ayudar a la industria del automóvil, aunque los complicados cálculos matemáticos que necesita una propuesta de este alcance están todavía en una fase muy elemental. Un estudio del mismo, sin embargo, fue sugerido a grandes rasgos a la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos, en su reunión del pasado martes.La base de todo el plan, al que parece oponerse el Ministerio de Hacienda, es una modificación importante de toda la estructura de fiscalidad, tanto de los productos energéticos como la que proviene de la venta de nuevos automóviles a través del impuesto de lujo. Así, a un incremento en la fiscalidad que grava el consumo de gasolinas y, en menor escala, los gasóleos, correspondería una reducción paralela en los impuestos de lujo de los vehículos. Esta reducción estimularía la venta de automóviles, un sector que atraviesa una fuerte crisis.

A simple vista, sin embargo, el plan choca con las actuales normas que regulan la fiscalidad en los Presupuestos del Estado, que limitan éste a una cantidad máxima. Técnicos fiscales consultados estiman que una modificación de los impuestos existentes en la actualidad en estos dos sectores forzaría a la elaboración de una nueva ley, que tendría que ser aprobada por el Parlamento. Por otro lado, otros expertos apuntan que esta exigencia modificaría el factor sorpresa necesario para el éxito del plan.

En este sentido, fuentes del Ministerio de Hacienda, parte interesada en una reforma de este tipo, desmintieron ayer a EL PAIS que un plan de este alcance esté en estudio por parte suya. Asimismo se indicó que el mismo no se ha estudiado en ninguna comisión delegada del Gobierno.

En cualquier caso, los defensores de este plan de estímulo al sector deprimido del automóvil insisten en que, de aprobarse por el Gobierno, lo que no parece inmediato, los precios de los productos energéticos tendrían que experimentar una fuerte variación. En el caso de las gasolinas, las próximas subidas tendrían que ser, en este sentido, superiores al 15% sobre el precio actual, es decir, por encima de nueve o diez pesetas por litro.

Asimismo, la repercusión de este plan sobre los gasóleos sería más complicada, pero en algunos medios no se descarta que se adopte un sistema muy similar al ensayado ahora en Italia por el cual se establece un canon anual de obligado pago por los usuarios particulares de automóviles diesel. El pago de este canon tendría por objeto no primar fiscalmente a los propietario s particulares de estos vehículos, que seguirían consumiendo gasóleo a precios similares a los transportistas o consumidores industriales y agrícolas.

Repercusiones nuevas y aplazadas

En cualquier caso, la próxima subida de los precios energéticos no podrá retrasarse más de un mes, según insisten todos los ministerios consultados. Aparte de repercutir las subidas de los crudos decididas por la OPEP en su reunión de Bali, todavía queda pendiente una pequeña repercusión anterior a ésta, así como la enorme depreciación que ha registrado la peseta desde la última subida el pasado diciembre y que ha encarecido, en pesetas, los crudos importados en más de un 15%.De mantenerse el actual régimen fiscal, lo que parece muy probable en la próxima semana, fuentes próximas a Hacienda, citadas por Europa Press, indican que no sería necesario subir los precios por el exclusivo concepto de la fiscalidad, aunque sí por el encarecimiento real o monetario de los crudos. En los dos primeros meses del año, la recaudación fiscal de Hacienda por todos los conceptos (renta y fiscalidad) ha aumentado casi un 60% sobre el mismo período del pasado año. Estos incrementos, sin embargo, son relativos en un 30%, ya que hubo un descenso en ingresos fiscales en el mismo período de 1980.