Pinto Balsemâo, legitimado como sucesor de Sa Carneiro en el PSD portugués

Francisco Pinto Balsemâo es desde el domingo el sucesor legitimado de Francisco Sa Carneiro como presidente del Partido Social Demócrata portugués.El congreso, que acaba de con firmarle en la presidencia del mayor partido portugués -el primero después de la muerte de Sa Carneiro-, ha conservado al nue vo dirigente todos los poderes del líder fallecido e insistido sobre la necesidad, para todos los militantes, de facilitar aljefe del Gobierno el mayor apoyo para que éste pue da cumplir con los objetivos que se propone: gobernar el país durante los cuatro años de la actual legisla tura y llevar el PSD a nuevas victo rias electorales en las municipales de 1982, las legislativas de 1984 y las presidenciales de 1985. Todos los observadores califican el congreso del PSD, que se terminó el domingo, como una importante y tal vez decisiva victoria personal de Pinto Balsemâo. Una victoria conseguida, no sin luchas, en los días que precedieron al inicio del congreso. Después de haber conseguido «una dinámica de unión y de refuerzo del partido alrededor de su dirección y del Gobierno», Balsemâo, tenía la posición prácticamente asegurada, y los críticos lo entendieron perfectamente al aceptar que un documento único sintetizara las once mociones de orientación política que llegaron a ser propuestas.

La síntesis, elaborada por Helena Roseta, dinamizadora del grupo crítico, recoge en sus grandes líneas las orientaciones ya definidas por Balsemâo en su discurso de toma de posesión y delante del Parlamento, y en entrevista a EL PAIS. Aunque las posiciones de los críticos hayan sido «salvaguardas» (expresión de Helena Roseta), no han prevalecido sus propuestas de guerrilla institucional contra el presidente Eanes ni de separación entre cargos gubernamentales y responsabilidades dirigentes a nivel partidista. El texto así elaborado alcanzó la unanimidad a la hora del voto asegurado de la victoria. Balsemâo supo hábilmente evitar que se llegue al consenso también acerca de la elección del Consejo Nacional, el único órgano para el cual los críticos habían presentado una lista diferente de la que patrocinaba la anterior directiva. Medidas las fuerzas, los críticos obtuvieron el tercio de los votos y de los treinta escaños en disputa. De hecho, la mayoría de que dispone el presidente del PSD en el seno del órgano supremo del partido, ya que los otros miembros del Consejo Nacional (sobre un total de 74) son, en su casi totalidad, de su misma tendencia.

Para el futuro del partido, tal vez lo más significativo sea el apoyo dado a Balsemâo por la aplastante mayoría de las direcciones de las federaciones locales y de la juventud.