Euskadiko Ezkerra da a conocer pruebas fotográficas de las torturas sufridas por José Ignacio Arregui

Euskadiko Ezkerra (EE) presentó ayer, en una conferencia de Prensa celebrada en San Sebastián, dieciocho diapositivas en color del cadáver de José Ignacio Arregui, tomadas después de la autopsia. Las fotografías muestran el cuerpo del militante de ETA muerto después de nueve días de interrogatorio policial, y en ellas se aprecian con claridad hematomas y quemaduras producidos por los malos tratos que recibió.

Antes de la proyección de las diapositivas, Iñaki Albistur, diputado foral de Guipúzcoa, manifestó que las fotografías habían sido hechas llegar anónimamente a la coalición y que seguramente procedían de alguien «que tiene remordimientos y ha querido ayudar a poner en evidencia los hechos».Javier Olaberri, diputado de EE en el Parlamento de Vitoria, se declaró impresionado por el contenido del testimonio, «que supone una prueba irrefutable y deja en su verdadero papel al ministro de Interior, Juan José Rosón, y a los altos mandos judiciales que desmintieron de plano la existencia de torturas». Olaberri indicó que el desenlace del caso Arregui no ha sido más que la punta del iceberg. «La violencia física en comisarías y cuartelillos está generalizada», aseguró. «Yo mismo había expuesto ante el Parlamento de Euskadi, la mañana del día en que se conoció la muerte de Arregui, un caso muy explícito ». El diputado foral relató las circunstancias en que fue detenido en diciembre el joven Pedro Jáuregui, de Tolosa, que salió de los interrogatorios policiales con dos costillas rotas y fue puesto en libertad por el juez, de inmediato, sin cargo alguno. Y anunció que su partido organizaría en Euskadi una campaña contra la práctica de la tortura y presentaría ante el Congreso de los Diputados un proyecto de ley para que se proceda a la depuración de los cuerpos policiales.

Más tarde intervino un representante de familiares de presos, que lamentó la paralización de la comisión especial sobre malos tratos del Congreso de los Diputados, «a pesar de la certeza sobre la existencia de torturas que nos expresaron diputados del partido socialista». El mencionado portavoz pidió que, mientras exista la ley Antiterrorista, su aplicación sea vigilada y supervisada por parlamentarios, y no por el ministerio fiscal.

Las diapositivas del cadáver de José Ignacio Arregui, que fueron proyectadas, parecen tomadas en las mismas dependencias donde se le practicó la autopsia. El cuerpo se encuentra sobre una sábana blanca, con algunas manchas de sangre. En las imágenes se aprecian tumefacciones y hematomas de gran tamaño en el rostro, la espalda, las nalgas y los muslos. Las plantas de los pies aparecen ennegrecidas, y en una de ellas se observa una zona en carne viva. También aparecen numerosas quemaduras de pequeño tamaño en las nalgas y los muslos, que los representantes de EE atribuyeron a la aplicación de electrodos, y una llaga negra, profunda, en una rodilla.