_
_
_
_
_

49 jóvenes, muertos en el incendio de la discoteca más grande de Dublín

Andrés Ortega

Un brevísimo, pero gigantesco incendio en una discoteca de Dublín, en la madrugada de ayer, se cobró la vida de al menos 49 jóvenes, produciendo una cifra de más de 130 heridos. Esta tragedia, una de las mayores de la historia de la República de Irlanda, provocó la suspensión del congreso anual del partido gubernamental, al tiempo que se declaraba el próximo martes un día de luto nacional. La indignación y la pena eran patentes en los rostros de los dublineses.

Stardust, la discoteca más grande y popular de Dublín, se encontraba ayer, noche de San Valentín, en la que se celebraba la final de un concurso de baile, abarrotada por casi un millar de personas. Un incendio repentino se declaró hacia las dos de la madrugada. Una luz cegadora situada detrás del escenario atravesó en una bola de fuego toda la pista de baile. Se desconoce la causa del fuego, que se propagó posteriormente a toda la estructura de la sala.Los que allí se encontraban comenzaron a recibir una ducha de plástico incandescente, al tiempo que se asfixiaban en un humo negruzco. La primera indicación de que algo estaba ocurriendo la dio el pinchadiscos, señalando que había un ligero problema y rogando a la gente que no se dejase llevar por el pánico.

Los clientes se abalanzaron, se tiraron hacia la salida que, en consecuencia, quedó obstruida.

Un portavoz de los bomberos señaló que muchas de las víctimas se hallaban a pocos metros de la salida cuando fallecieron. Otras quedaron atrapadas en los servicios.

En cambio, se salvaron todos aquellos que se tiraron por las ventanas. Maureen Ashe, una joven secretaria de veintiún años, describió así la escena: «Se podía ver los huesos de los más quemados y muchos cadáveres, algunos de ellos completamente carbonizados », señaló. «El ruido y los gritos eran horribles; viviré con este sonido en mi cabeza durante el resto de mi vida».

Aunque los bomberos controlaron en seguida el incendio, a la hora de redactar esta crónica el número de muertos había ascendido ya a 49. Tres de ellos habían fallecido en el hospital, y los 46 restantes habían sido retirados ya cadáveres de los escombros. La policía tuvo que cerrar varias calles de la capital irlandesa para dejar paso a las numerosas ambulancias que transportaban los heridos.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Por su parte, el Ejército tuvo que improvisar un depósito de cadáveres provisional, dividiendo a los cuerpos en tres grupos, según el grado de su posible identificación. Desde el amanecer, numerosos familiares se congregaron ante el local aún humeante en busca de sus hijos e hijas, y los menos afortunados tuvieron que comenzar la penosa tarea de identificar a los muertos, cosa difícil, dado el estado de los cadáveres.

El Gobierno irlandés, presidido por Charles Haughey, declaró el próximo martes día de luto nacional. Se trata de la mayor tragedia ocurrida en la República de Irlanda desde la segunda guerra mundial, cuando un avión alemán bombardeó Dublín por equivocación, causando 37 muertos.

El primer ministro irlandés describió el incendio de ayer como un desastre consternante, aplazó el congreso anual de su partido, Fianna Fail, que debía haber comenzado ayer, y ordenó una investigación al más alto nivel, para determinar las causas de este incendio. No se descarta del todo la posibilidad de que se trate de un acto premeditado.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_